La ausencia del director de Icoder, Pedro Ureña, en el III Congreso del Deporte, hizo público un secreto a voces: existe una gran disputa entre él y el presidente del Consejo de Deportes y viceministro de Salud, Osvaldo Pandolfo.
El primero en saltar a la palestra para evidenciar la pugna fue Pandolfo, quien el domingo, en el último día del Congreso, reprochó la ausencia de Ureña, por ley, el secretario del evento.
Ayer, Ureña explicó a La Nación que su ausencia se debe a que visitó en Pérez Zeledón a su madre enferma.
La pugna entre ambos dirigentes, los de mayor poder en el campo del deporte, no es nueva.
Se remonta a abril pasado cuando, a una semana del traspaso de poderes, se nombró a Ureña en el Icoder, sin el visto bueno de Pandolfo, designado en ese momento como máximo representante de la administración Arias Sánchez en el tema del deporte.
Ureña, psicólogo deportivo y académico de la Universidad Nacional, tiene una visión del deporte similar a la anterior directora del Icoder, Delia Villalobos.
Ambos sostienen que se debe priorizar la recreación y la salud.
Esta concepción es contraria a la de Pandolfo, ingeniero con muchos años en el baloncesto. Para él, el deporte es salud y recreación, pero también alto rendimiento.