Oporto. Portugal y Grecia jugarán la final de la Eurocopa un un duelo con sabor a revancha después de que los helenos ganaran a los lusos en la primera fase.
Ambos finalistas se enfrentaron en el primer partido de la Eurocopa, que curiosamente será también el último del torneo, con triunfo griego por 2-1, en un duelo en el que Portugal mostró una pobre imagen.
La selección portuguesa, tal vez demasiado nerviosa en su debut y presa de la presión, se recuperó y se ha mostrado muy bien en los cuatro partidos siguientes; Grecia ha mantenido una línea también ascendente.
En su primera final en un gran torneo internacional, Grecia demostró que la disciplina del seleccionador alemán Otto Rehhagel da frutos.
Ayer fue el choque de un futbol ofensivo – el mejor de la Eurocopa– con uno cerrado en defensa y al contragolpe.
La selección lusa debe mucho de su clasificación a su técnico, Luiz Felipe Scolari, quien ha sabido con su experiencia, psicología y ambición de triunfos propia del futbol brasileño cambiar la mentalidad perdedora de Portugal.
Hasta ahora, nunca había superado las semifinales en una gran competición, después de haber caído en esa ronda en el Mundial de 1966 y las Eurocopas de 1984 y 2000.
Su fuerza reside en su estrella Luis Figo, último titular de la generación de oro que ganó dos Mundiales juveniles en 1989 y 1991,
Grecia, el único equipo que ha ganado hasta ahora a Portugal, demostró una vez que se puede derrotar a los lusos.
Aunque aquella selección no es la misma que la que se verá en la final.
Los hombres de Luis Felipe Scolari, Felipao , no tienen tanta presión, están con una mentalidad ganadora y sobre todo quieren una revancha ante todo su público.