El esquema de juego morado, que intentó desembocar positivamente en las piernas de su delantero central, Alejando Alpízar, se vio aniquilado durante todo el juego por el cuadro sureño.
Un juego ultradefensivo protagonizado por el equipo visitante, obligó al cuerpo técnico local a intentar de todo para abrir el marcador, aunque los tanteos fueron en vano, ahogados en un mar de piernas blanquiazules.
"Aquí hicimos de todo, buscamos ganar a como diera lugar, pero ante un equipo que se viene a defender y a perder tiempo descaradamente, cuesta mucho", comentó Hernán Medford.
Ajedrez. Primer variante en el esquema morado. Bennett ve la cartulina roja y Saprissa pierde una pieza clave por el sector derecho. Medford decide enviar a Andrés Nuñez más adelantado, con la intención de alimentar a Alpízar ante la ausencia de Bennett.
Resultó muy evidente que el movimiento no fructificó, y a excepción de un cabezazo de peligro de Alpízar y otra acción de Centeno que se estrelló en el poste, Saprissa vio minada su proyección ofensiva en los primeros 45 minutos.
Ya en la segunda mitad, y estrenando uniforme, la alineación no cambió, pero pasarían solo algunos minutos para evidenciar que los cambios tenían que llegar a como diera lugar para romper el cerco.
Alpízar seguía en el "limbo" al minuto 65, sin balones a sus pies y con contadas oportunidades claras en el área. Un ariete no puede hacer mucho en estas condiciones.
Jairo Arrieta fue llamado a sustituir a un Alonso Solís que se vio enredado, y con velocidad por la derecha el delantero prometió convertirse en el socio de Alpízar.
Arrieta entró con todo, y pese a que quiso desequilibrar, no encontró solvencia en el ataque y sus incursiones fueron aisladas.
Por su parte, Andrés Nuñez se perdió en su proyección ofensiva y entregó balones sin apropiado destino, por lo que fue otro de los cambios obligados al 71.
Lo sustituyó el veloz Allan Aleman, lo que representó el tercer atacante en el terreno de juego para el cuadro tibaseño.
Si lo anterior no es prueba inequívoca de que Saprissa se fue con todo en busca del gol, faltaría la incursión del habilidoso y desequilibrante novato, Yozhimar Reid, quien ingresó por el jugador que mejor había hecho las cosas en la cancha, Pablo Brenes.
Con cuatro jugadores de clara vocación goleadora y el grueso del equipo morado presionando por el resultado, el gol era el ingrediente esencial para culminar con buen sabor el espectáculo.
Pero pese a los esfuerzos técnicos y deportivos, el tanto nunca llegó, el empate a cero se convirtió al final en el "pato de la fiesta".