El volante Christopher Birchall se convertirá en un auténtico pionero en el Mundial de Alemania, luego de que el técnico holandés de Trinidad y Tobago, Leo Beenhakker, lo confirmó en la lista casi definitiva al torneo.
Este jugador, de 21 años, nació en Inglaterra y se convertirá en el primer futbolista blanco que figura en la alineación que el equipo trinitense presentará en su primera fase mundialista.
También se transformará en el primer representante del club británico Port Vale que disputa una Copa Mundial de la FIFA.
Una vez olvidado el sueño de jugar con la selección de su país natal, Inglaterra, el mediocampista encontró el modo de jugar en la cita con el país caribeño.
Y por cosas del destino, tendrá la ocasión de verse las caras con su querida Inglaterra, ya que ambas selecciones comparten el grupo B mundialista.
Su historia es extraña. En abril del 2005, durante el calentamiento previo del juego de tercera división entre Port Vale y Wrexham, el defensa rival, Dennis Lawrence, le preguntó a Birchall sobre el lugar de nacimiento de su madre. Su respuesta fue inusual: "Puerto España, Trinidad". El resto ya es historia.
Su caso contrasta por completo con la del volante argentino Daniel Bilos, del club Boca Juniors, quien rechazó una propuesta para jugar con la selección de Croacia, de donde es originaria parte de su familia.
Muy similar a la situación que sufre en Holanda el marfileño Salomon Kalou, artillero del Feyenoord, quien se perderá el Mundial porque la ministra local de inmigración, Rita Verdonk, le negó su solicitud que planteó desde el 2004 para obtener un pasaporte holandés.
Y qué decir con el delantero nigeriano Emmanuel Olisadebe, quien ya perdió esperanzas de obtener un sitio en la selección de Polonia -rival de Costa Rica- que irá al Mundial alemán, cuatro años después de ser su artillero en la copa 2002.