El sorteo del Mundial Brasil 2014 sentenció a Costa Rica al enviarla al grupo D... De la muerte.
Adiós a la ilusión de transitar aguas calmas durante la primera fase, si es que alguna vez la hubo.
La ronda inicial del certamen deparó que haya que medirse a Uruguay, Italia e Inglaterra, tres potencias, tres selecciones en el top 13 del ránquin de FIFA, tres campeonas mundiales. De paso, es la primera vez que eso sucede (vaya momento para hacerlo).
Otra prueba más de que es mejor fabricarse la suerte propia y no dejarle nada al azar. Ni al italiano Fabio Cannavaro, quien fue el que sacó la” bolita” de Costa Rica.
En cambio, los ticos son vistos como el equipo limitado, sus éxitos se resumen a levantar trofeos de Uncaf y es “apenas” 31° del escalafón planetario.
Aún así, hay dos formas de ver lo que pasó ayer en la pomposa ceremonia acontecida en el complejo turístico de Costa do Sauípe, en la región de Bahía, en Brasil.
La derrotista, la que dice que nos devolvemos con cero puntos y tres goleadas. O la optimista, la que indica que la Cenicienta se enojará y dará un golpe histórico para ser la sorpresa de la Copa.
La primera opción sugiere una larga y agónica espera; la segunda permite más paz mental de cara a estos siete meses que restan para el debut mundialista.
El periodista costarricense radicado en Brasil, Marco Sibaja, presente en el sorteo, contó a La Nación que apenas salió la “bolita” de Inglaterra y cerró el grupo, los 1.300 asistentes a la ceremonia exhalaron con asombro.
El 99,9% de los presentes debe haber pensado, “pobre Costa Rica”. Lo mismo que pasó a miles de kilómetros al norte, con los 4,5 millones del denominado país más feliz del mundo y que seguramente, por segundos, dejó de serlo.
Sin embargo, de una u otra manera, la agilidad de las redes sociales permitió cambiar el semblante sumamente rápido.
Positivos. Los seleccionados se manifestaron por todo lado, instando a la afición a tener confianza y fe en ellos. Algunos fueron Joel Campbell, Bryan Ruiz, Celso Borges, Álvaro Saborío y Keylor Navas, en fin, los máximos pilares del equipo.
También lo hizo el técnico Jorge Luis Pinto, desde territorio brasileño, a quien se le percibió una extraña euforia, de acuerdo con Sibaja, que lo tuvo ahí en persona, disipando cualquier duda que pudiese quedar de lo que se vio en la televisión.
Justo como se necesitaba, todos tomaron la vía del positivismo.
Sería pecar de inocentes no reconocer que para los costarricenses en el Mundial de Brasil 2014 hay un desenlace lógico. Y otro que requiere prácticamente un milagro.
Que cada quien elija lo que más le funcione, pero que tengan claro que el fútbol no sería el deporte más popular del planeta si la lógica siempre entrara a la cancha.