Andrey Amador se jugó todas sus cartas ayer, en la prueba de fondo en carretera del Mundial de ciclismo de ruta, en Richmond, Estados Unidos y quedó a 3 segundos del oro.
El costarricense mostró su experiencia, tuvo una actuación intachable y ratificó que es un especialista para correr sobre pavé (adoquines).
“Lo intenté al final, a falta de dos vueltas quería meterme en el corte bueno para ver si había alguna posibilidad. Yo sabía que al sprint era más complicado, pero no se pudo y bueno, ni modo”, dijo Andrey Amador a La Nación , consciente de que fue su mejor Mundial, pero insatisfecho or el resultado.
De los 18 latinoamericanos que estaban presentes dentro del pelotón inicial conformado por 191 corredores, Andrey Amador fue el mejor.
Él hizo vibrar al país, porque cuando ya se habían pedaleado 229,2 kilómetros se posicionó entre los primeros puestos del lote de favoritos y en la guerra de resistencia se veía fuerte.
El tico entró en una fuga prometedora junto al español Daniel Moreno, el inglés Ian Stannard, el neerlandés Bauke Mollema, el polaco Michal Kwiatkowski, el belga Tom Boonen y el italiano EliaViviani.
Era un grupo de verdaderos especialistas para encarar los dos giros finales a ese circuito rompepiernas, pero les faltó un poco de entendimiento para aumentar la diferencia.
Amador y sus compañeros de fuga llegaron a tener unos 40 segundos de ventaja y parecía que si alcanzaban el minuto, entre ellos estaban las medallas.
Sin embargo, en el pelotón aumentaron la velocidad y los atraparon cuando faltaban unos 9 kilómetros para la meta.
Al desvanecerse ese intento, Amador no se dio por vencido, a pesar de que sabía que si la carrera se definía en llegada masiva, había rematadores especialistas.
El ataque certero lo lanzó el eslovaco que fue arrollado por una motocicleta en la pasada Vuelta a España, aquel hombre que estaba furioso ese día, porque temía que ese incidente lo dejara fuera de este Mundial.
Tras detener el reloj en 6:14:37, Peter Sagan se quitó de encima la sombra de ser casi siempre segundo y al convertirse en campeón mundial, él portará el maillot arcoíris durante un año.