Durante la transmisión de la última etapa del Giro de Italia, se veía como las banderas de Costa Rica estaban presente en Milán.
Un grupo de ticos se encontraban a 250 metros de la meta y vieron el paso de los corredores durante el circuito final de siete vueltas.
Entre ellos, estaba Ricardo Roldán, quien tiene casi seis años de vivir en Italia y la ilusión de todos era apoyar y compartir con Andrey Amador, ese héroe costarricense que hoy completó su proeza y finalizó la edición 98 de la 'Corsa Rosa' en el cuarto puesto de la clasificación general.
"Cuando termino el Giro, decidimos ir a buscar el bus de Movistar ya que teníamos una idea donde estaba. De repente, vimos a un grupo de personas, claramente ticas, delatados por sus vestiduras, y decidimos seguirlas, intuyendo que era la familia de Andrey", relató Ricardo Roldán a La Nación.
Buscaron al héroe. Al primero que reconocieron fue a Iván, uno de los hermanos de Andrey.
"Le preguntamos que dónde estaba el bus. La familia, súper amable, nos dijo que ellos iban para allá, y que podíamos ir juntos. Cuando llegamos al bus, Andrey ya había llegado y se estaba tomando fotos con alguno que otro italiano que llegaba, y otros ticos que se habían adelantado".
Justo cuando Andrey se aprestaba a dar entrevistas, sus hermanos Iván y Rudy lo sorprendieron.
"Ellos decidieron alzarlo en brazos, bajo el de canto de 'Amador, Amador, Amador...'.
Era una euforia total, pero pronto Andrey tuvo que acudir a una reunión con su equipo.
"Decidimos esperar afuera un rato. Fue durante esa espera que hablamos con la familia y el resto de gente que estaba por ahí. La mamá estaba muy agradecida con todas las personas presentes, y continuaba agradeciendo el apoyo para su hijo. La familia, súper cálida y humilde, compartiendo como el resto de costarricenses en calidad de aficionados, igual que nosotros", manifestó.
En ese momento, se enteraron de que unos gemelos provenientes de Heredia, viajaron desde Costa Rica hasta Milán solo para ver la llegada de Andrey.
"Llegaron el sábado y tienen su viaje de vuelta mañana por la mañana, vaya viaje. También conocimos varios ticos que estudian o trabajan en Milán, y alguna que otra pareja que en su viaje de vacaciones por Europa, decidió hacer que su parada en Milán coincidiera con el cierre del Giro para ver a Andrey. Durante la espera, del bus donde estaba reunido el equipo nos enviaron pizza".
La espera valió la pena. Y llegó el momento más esperado por toda la barra costarricense en Milán.
"Andrey volvió a salir, para compartir otro rato con la gente, y finalmente tomamos la foto de la barra tica, todos juntos por iniciativa de los hermanos. Andrey, en todo momento, se mostró súper agradecido y humilde, como siempre".
Ricardo Roldán jamás olvidará el momento mágico que vivió este domingo en Milán.
"Es una emoción difícil de explicar, ver un compatriota en algo tan grande, sabiendo que viene de un país tan pequeño, y logrando que el mundo se fije en él. Verlo siempre entre los primeros, especialmente en un pelotón de los mejores ciclistas del mundo, donde muchos se iban quedando rezagados vuelta con vuelta, llenaba de orgullo", apuntó Roldán.
Comentó que se puso a pensar que en Costa Rica hay mucho talento, y que a veces solo falta querer llegar lejos, realmente creérselo y de luchar duro por alcanzarlo.
"Yo iba con Mariela Cordero, estudiante de maestría en Ingeniería Sísmica en Pavia, con casi dos años de vivir en Italia. Yo llegué hace 5 años y medio y acabo de terminar mi doctorado en Ingeniería Sísmica y Estructuras también en Pavia. A Andrey lo he seguido en sus hazañas en el giro desde el 2010", finalizó Ricardo Roldán.