Todo lo bueno llega a su fin, pero en este caso tiene que abrir las puertas a cosas mejores.
Después de tres semanas intensas, colmadas de revoluciones altísimas, con un país unido en un solo corazón y extasiado de orgullo por culpa de Andrey Amador, quienes disfrutamos del ciclismo, comenzamos los días más duros.
Es una cuesta muy empinada y, al igual que Andrey, hay que emprenderla a un ritmo propio, porque no es nada fácil sentir la resaca del Giro.
Con casi un mes acumulado de dormir muy poco y ante la llegada de junio, en mi caso, por primera vez no tenía que empezar el día a las 2, 3 o 4 de la madrugada, pero como lo sospechaba, me desperté. Y eso no es lo peor.
Lo más duro es lidiar con ese síndrome post-carrera, que no solo lo sufro yo, porque recibí muchos tuits con un mensaje común: “Qué aburrido sin Giro”.
Pero hay que seguir, en ese ritmo del día a día que llevó a Andrey Amador a completar casi 3.500 kilómetros – entre el 9 y el 31 de mayo – con un tiempo acumulado de 88:30:35; y que lo convirtió en el cuarto mejor hombre de una Corsa Rosa que perdurará por siempre como uno de los hechos más relevantes en la historia del deporte costarricense y centroamericano.
Esa leyenda de Amador cruza nuestras fronteras, porque el ídolo tico es el onceavo ciclista latinoamericano en completar un Giro de Italia dentro del top ten. (Ver listado al final).
Sin duda, la página más gloriosa del ciclismo en la región, pero como siempre, hay que aspirar a más.
Manos a la obra. ¿Qué viene a partir de ahora? Además de recuperarnos de las emociones y el estrés, tenemos que impulsar el fortalecimiento de este deporte.
Hoy por hoy, tan solo el ciclismo (en ruta y MTB masculino) ya aseguró un cupo para competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Con el Giro histórico y de ensueño que acaba de culminar, Andrey Amador ya acumula 91 puntos en el ranquin WorldTour de la Unión Ciclista Internacional (UCI), cifra con la que él se posiciona en la casilla 29 del ranquin mundial individual y, que a su vez, tiene a Costa Rica en el peldaño 19.
Si él sigue sumando y logra que el país termine el año dentro de los primeros 15 puestos del WorldTour, obtendrá cuatro plazas olímpicas.
Un lector me decía que para qué, si de por sí, Andrey está solo en su nivel.
Cierto, nadie tiene la experiencia de él, pero hay que ver que en el ciclismo impera el trabajo en equipo y mientras más piernas haya, mucho mejor.
Se tiene que incentivar el esfuerzo de todos los ciclistas, que así a como Andrey hace años decía que quería ser como el legendario Federico Ramírez, hoy, la mayoría de ciclistas, de esos que están en formación, quieren llegar tan lejos como Amador.
El ciclismo tiene que aprovechar su momento.
Me enviaron fotografías de chiquitos frente al televisor, sin perder detalle del Giro, pidiéndole una bicicleta a sus papás y diciendo que algún día, estarán en esa carrera; justo y como pasó con Amador.
Los Comités de Deportes tienen muchos talentos en formación, quién quita y quien gane una medalla en los próximos Juegos Nacionales, en algún momento también estén en una Vuelta Grande, como Amador.
Talento se tiene, motivación también. Sé que los formadores como Rafael Calderón, Meza, o Cañi, por citar solo tres, son especialistas en el desarrollo de ciclistas y yo esperaría que la Federación Costarricense de Ciclismo (Fecoci) también impulse esas bases, que oriente a los pedalistas desde chiquitos, que los instruya en el juego limpio, que les regale charlas antidopaje y que los instruya, que los eduque, mientras están en formación.
También es un buen momento para que la empresa privada vea que el ciclismo mueve masas y que este deporte es muy gustado entre los ticos, no solo en diciembre, sino durante todo el año y que la exposición que se obtiene, al final resulta mayor a la inversión que se hace cuando se decide patrocinar.
La unión es clave. Es un todo, es un trabajo en equipo, así como cuando los corredores de diferentes marcas dejaron eso de lado para unirse como una Selección y conseguir en el Panamericano de ruta la clasificación olímpica, con un Josué González que ya está en la mira del venezolano José Rujano para conformar un equipo continental profesional y acudir el próximo año al Giro de Italia.
Los resultados llegan, y las oportunidades también.
No se les olvide que durante todo este año, Juan Carlos Rojas goza del privilegio de ser el campeón del ranquin América Tour de la UCI, o que Gregory Brenes milita en un equipo continental estadounidense y que él también puntúa en el ranquin continental. Además, en muchas carreras quieren ver a la Sele.
El ciclismo tico tiene las puertas abiertas, solo necesita un poco más de apoyo, y no necesariamente de la afición, que es muy fiel, sino de quienes manejan los recursos.
Así se puede contribuir a que en un futuro no tan lejano, algún otro exponente nacional ingrese a este selecto club, al que ya entró Andrey Amador y en donde solo figuran nueve colombianos, un venezolano y un costarricense:
Mejores posiciones de ciclistas latinoamericanos en el Giro de Italia
Primer lugar: Nairo Quintana (Colombia) en 2014
Segundo lugar: Rigoberto Urán (Colombia) en 2014
Segundo lugar: Rigoberto Urán (Colombia) en 2014
Tercer lugar: José Rujano (Venezuela) en 2005
Cuarto lugar: Andrey Amador (Costa Rica) en 2015
Quinto lugar: Oliverio Rincón (Colombia) en 1995
Sexto lugar: Nelson Rodríguez (Colombia) en 1994
Sexto lugar: Hernán Buenahora (Colombia) en 2000
Sexto lugar: José Rujano (Venezuela) en 2011
Sétimo lugar: Luis A. Herrera (Colombia) en 1989
Sétimo lugar: Rigoberto Urán (Colombia) en 2012
Octavo lugar: Luis A. Herrera (Colombia) en 1992
Octavo lugar: Carlos Contreras (Colombia) en 2001
Noveno lugar: Víctor Hugo Peña (Colombia) en 2006
Noveno lugar: Sergio Luis Henao (Colombia) en 2012