Redacción
Una escuela de fútbol compite y hasta en ocasiones recluta mejores talentos que los equipos de Primera División. Aunque en la teoría es difícil de creer, la Academia Wílmer López, en Alajuela, ha llevado más jugadores a las selecciones menores en los últimos dos procesos que Alajuelense y Herediano, y lucha de tú a tú con Saprissa.
El domingo, en el duelo entre carmelos y morados, el timonel Guilherme Farinha hizo ingresar a tres prospectos que mostraron buenas condiciones: José Rodolfo Alfaro (16 años), Yael López (18) y Nextaly Rodríguez (19). Todos ellos provienen de la Academia, pero juegan en la Primera con Carmelita debido a un convenio entre el club y la escuela de fútbol.
Alfaro forma parte de la base de la Selección Infantil que dirige Breansse Camacho; en la Juvenil, Marcelo Herrera llegó a convocar hasta 10 jugadores de este proyecto, aunque al final cuatro se quedaron en la nómina definitiva que disputó el Premundial.
¿Cómo es que una escuela de fútbol, sin la maquinaria mediática ni deportiva de los clubes de división de honor, logra captar mejores talentos que el resto?
El éxito empieza desde el momento en que salen a la calle a buscar a los jugadores. A diferencia de otros equipos, que esperan a que los futbolistas toquen sus puertas para probar suerte, la Academia tiene visores ubicados en la mayoría de zonas rurales del país.
La consigna de ellos es clara: escudriñar hasta debajo de las piedras en busca de los mejores prospectos de cada zona, apuntar su nombre y datos personales, hablarle a los padres de familia sobre la filosofía de la escuela y luego invitarlos a participar a las pruebas que realizan tres veces al año.
Todos estos jóvenes, que de antemano se sabe son promesas destacadas en sus comunidades, entrenan durante una semana con el equipo. Solo a los mejores se les invita a continuar.
"Tenemos visores y amigos que nos hacen recomendaciones de jugadores. Por ejemplo, cuando un muchacho viene desde Quepos, le damos mucho seguimiento porque ya nos han hablado de él", explicó Édgar Artavia, administrador de la Academia Wílmer López.
Como la mayoría de prospectos son de zonas alejadas, convencen a los padres para que les permitan viajar los días viernes al complejo ubicado en Alajuela; así pueden entrenar ese día y el sábado, y jugar con el equipo el domingo.
A muchos de ellos se les da una pequeña beca, que incluye los pases de bus, la alimentación y el hospedaje; esta colaboración se aprueba con base en las circunstancias económicas que viva cada familia.
El objetivo es empezar a trabajar a estos talentos desde los 12 o 13 años. No se les aleja de sus padres ni de la escuela en los primeros años de formación, ya que es una prioridad que finalicen sus estudios.
Luego, si evolucionan de acuerdo a la filosofía establecida por la Academia, se les pide que viajen con más frecuencia para que puedan entrenar a tiempo completo.
El crecimiento del futbolista dependerá de las calificaciones asignadas por los entrenadores, y que son avaladas por el director deportivo, Guilherme Farinha. Aquí se mide el crecimiento de las facetas de juego del futbolista, su desarrollo técnico y táctico y los puntos de mejora. La puntuación puede ir del 1 al 10.
La Academia se dio cuenta de que era una necesidad trabajar en conjunto con algún club de Primera, ya que era la única manera de exponer a sus futbolistas para luego venderlos al fútbol internacional.
En caso de concretar una venta, la tajada más grande les corresponde a ellos. Sino se firmara un contrato, ganarían automáticamente los derechos de formación, que en Europa son mucho más elevados que en Costa Rica.
El primer jugador que podría abrirles camino en el Viejo Continente es Andy Reyes. El delantero es pretendido por varios clubes europeos; sin embargo, todavía no se cierra un acuerdo definitivo.
Artavia asegura que es un proyecto pequeño, pero con objetivos claros y una filosofía de juego definida, puede tener tan buenos jugadores como los equipos grandes de Primera.
Desde un principio se crea un vínculo con los padres de familia para explicarles que los resultados son menos importantes que la formación técnica de los jóvenes.
Por ejemplo, es mejor perder un título en categoría infantil, pero que el joven salga jugando con el balón dominado desde atrás, que ganarlo y que llegue a la Primera sin la capacidad para darle salida al equipo.
La esencia es clara: encontrar a los mejores prospectos y luego pulirlos técnica y tácticamente.
"Los scouting (visores) son personas que tienen un ojo clínico para encontrar jugadores", explicó Farinha.
Actualmente hay alrededor de 300 promesas en la escuela de fútbol, pero Farinha cree que 20 de ellas pueden tener las condiciones necesarias para jugar en el exterior en el mediano plazo.
Farinha cuenta que hace unos días se llegó a un acuerdo de colaboración con el Sporting Lisboa, en el que juegan Bryan Ruiz y Joel Campbell, lo que va a facilitar el crecimiento de los prospectos mediante pasantías en el club. El 21 de marzo se estaría firmando el convenio.
Equipo Sub-14 hará gira por Europa
El equipo Sub-14 de la Academia Wílmer López se prepara para viajar a Europa a disputar el prestigioso torneo de fútbol Base MIC. Este certamen se disputa en Barcelona y cuenta con la presencia de equipos como el Real Madrid, el Manchester United, el Inter de Milán y el propio equipo catalán.
Luego de la competición, estarán en Londres y Francia para disputar dos fogueos más. El primero ante el Sporting Lisboa en suelo inglés y luego ante un equipo galo aún por definir.
Después de tres años de solicitar la invitación al certamen, el equipo recibió el aval para competir en el MIC. El torneo empieza el 10 de abril y finaliza el 16 de ese mismo mes. Luego, continuará la gira hasta el 22 de abril, cuando los infantiles se devuelvan a Costa Rica.
Para poder asistir al evento, los padres de familia tuvieron que organizarse para realizar actividades y así comprar los tiquetes aéreos y reservar el hospedaje. Como la invitación llegó desde hace un año, muchos de ellos pagan a agencias de viajes mes a mes los gastos de sus hijos.
Esta misma camada ya se había fogueado en distintas competiciones en Estados Unidos, Panamá y El Salvador.
Además, cuatro de los 19 futbolistas ticos que competirán en el MIC, estuvieron el año anterior en Portugal, en donde disputaron otro torneo de liga menor.
"Sin los papás no se hubiera podido. Se ha hecho un gran esfuerzo pero vale la pena. Es ir a aprender, a competir y a madurar. Es parte del crecimiento de los prospectos", explicó Édgar Artavia, administrador de la Academia.
El grupo viaja con dos entrenadores y un asistente. Artavia asegura que el crecimiento que adquieren es muy palpable cuando regresan a suelo costarricense.
"Es un roce internacional tremendo. Usted nota la diferencia en los muchachos", concluyó Artavia.