Cuando era un niño, Allan Oviedo no se perdía los partidos de Alajuelense en el Morera Soto.
Ahí vendía empanadas y hasta cuidaba carros en las afueras del estadio.
Por su pequeña estatura, de adolescente, usualmente no pagaba entrada y se pegaba a la malla a observar a quienes consideraba sus ídolos: Rodolfo Mills, Tomás Segura, Nelson Bastos y OmarArroyo eran parte de sus predilectos.
"Nací en Alajuela y crecí a los 100 metros del estadio. Desde niño siempre fui liguista y no lo puedo esconder. Sin embargo, cuando llegué a Heredia la afición siempre me trató muy bien, por eso le tengo un gran aprecio", reveló.
Los campeonatos que ganó en el país los obtuvo con la Liga, empero, el vínculo con el Team resultó más fuerte. Él defendió la causa rojiamarilla en tres ciclos distintos (199798, 19992000 y 200304).
"Fui campeón dos veces en Costa Rica y fue con la Liga, ganándole a Herediano. Suena contradictorio pero mis mejores momentos los viví en Heredia; con ellos fui goleador y gracias a este equipo llegué a la Sele".
Como anécdota, Oviedo rememora que cuando salió de Herediano hacia el fútbol mexicano, tras jugar en el extranjero, le permitieron volver a Costa Rica pero no podía hacerlo al Team. Fue así como el cuadro azteca (Primera A de Tigres) lo prestó a Alajuelense. "Si me venía para Heredia, debía pagar por mi libertad y devolver la plata que habían pagado por mi fichaje. Así fue como llegué a la Liga".
Para el exdelantero, vestir la rojinegra "fue un anhelo que tenía desde niño. Yo decía 'algún día me pondré esa camisa'. Y La vida me premió después". En la casa eriza estuvo entre el 2000 y 2002.
Allan insiste en que defendió con profesionalismo la causa herediana y liguista y que celebró igual por las anotaciones que le hizo a uno y otro.
"Los goles son amores y deben celebrarse siempre".
Para la vuelta de la final en Heredia, Oviedo no esconde su predilección rojiamarilla, a pesar de los tintes rojinegros de su infancia.
"Si gana Heredia estaré contento, me gustaría que campeonice", admitió.