San Isidro de El General. En medio de un mar de alegría de sus parciales y con mucho riñón, As Puma Generaleña logró anoche su merecido ascenso a la Primera División.
No fue fácil, las grandes gestas no pueden ser fáciles. Pero, con sufrimiento y mucha entrega, los generaleños ganaron, por 3-0, la vuelta del cierre del Clausura y evitaron que se disputara una finalísima de la Segunda División.
Hoy la máxima categoría acoge un nuevo inquilino que viene con el espíritu de aquella Generaleña del lejano 1990 y que carga con el lema de ser el “equipo del pueblo”.
Juventud Escazuceña viajó al sur con el alma y no con la calculadora; es decir, se olvidó de que llevaba la ventaja de un gol de la ida.
Por eso, apenas ingresó a la gramilla del Municipal de Pérez Zeledón fue a buscar la ofensiva y la forma de ampliar la ventaja. Apenas al minuto 6 Michael Arias se escapaba en contragolpe y remató desviado después de abrirse el panorama con una excelente pared asistida por Josué Mitchell.
Buenas intenciones metropolitanas que se agradecen pero quedaron en poco, con la expulsión de Cristian Badilla, al 11'. El contención, uno de los más experimentados en su equipo y de los pocos que ha pasado por la Primera División, se tiró a nada contra la humanidad de Rodolfo Rodríguez, el silbatero Pedro Navarro vio un codazo y lo mandó a guardarse temprano.
Con un hombre más, la lógica indicaba que As Puma debería tomar el control del encuentro. Mas, de nuevo, le costó imponer condiciones. Pasaron 15 minutos entre la expulsión y la primera acción de peligro de los anfitriones.
Al acecho. Se cansó el entrenador Édgar Carvajal de esperar que la suerte le llegara a su equipo y, para el inicio de la complementaria, sacó a Rodríguez para meter en Anthony Calvo a un jugador mucho más creativo y ofensivo.
Dio resultado la variante. As Puma finalmente empezó a hacer el partido con el que había soñado, ese de acechar a la Juventud.
Con dos minutos en la cancha, Calvo casi abre el marcador en un remate desviado. Con 13 minutos en la cancha, al 68', sirvió el gol que enloqueció a la grada.
Fue un centro de tiro de esquina que Cristian Bermúdez cabeceó, sin marca en el área chica, para empatar: 1-0 en casa, 1-1 en el global.
Al 81', a otro centro de Calvo, el guardameta Guillermo Moreira que deshizo todo lo bueno que había hecho con un bomberazo y Albán Gómez se encontró con la soñada posibilidad de disparar la bola a través de la línea de gol y directo hacia la Primera División.
Pasó un susto, cuando un jugador de Escazuceña cayó en el área al 98’. Mas Pedro Navarro siguió con la línea de su pésimo arbitraje y negó la posibilidad de que el partido llegara a los tiempos extra.
Un minuto después, Generaleña aprovechó el desespero del rival y Aarón Navarro marcó el tercero para darle permiso a la afición de inundar la cancha y unirse al canto: “Primera, primera, primera”.