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Contrario a lo que informó el lunes su club, el técnico del Colo-Colo, Carlos Borghi, no viajó a Costa Rica por razones médicas.
Cristian Saavedra, asistente y quien dirigirá hoy ante la Liga, manifestó el lunes que el timonel se quedó en Santiago debido “a su fobia a viajar en avión”.
No obstante, ayer el estratega dio una conferencia de prensa en la capital chilena en la que dijo sentirse “avergonzado” por el malentendido y que no viajó por inconvenientes físicos.
Explicó que en días recientes sufrió de taquicardia, por lo que se hizo exámenes médicos, los cuales le aconsejaron no embarcarse rumbo a Costa Rica.
“Mi viejo (padre) murió de un ataque (al corazón) a los 42 años y yo cumplí la misma edad la semana pasada. Mi hijo, con su humor negro, me dijo: ‘no vayas a mantener la tradición familiar’. Además, mi mamá sufre de taquicardia”, dijo.
La ausencia de Borghi fue minimizada ayer por su contraparte manuda, José Cheché Hernández.
“El Colo-Colo tiene una forma de jugar que no variará si su técnico está o no en el banquillo”.
Hernández explicó que su rival tiene grandes individualidades (llamó la atención por el habilidoso Matías Fernández), pero tiene un secreto: siempre baja su ritmo en la segunda parte”.
Más problemas. A la baja del estratega y el disgusto de los jugadores por los viáticos que reciben en este periplo, se sumó ayer la renuncia de David Henríquez como capitán del conjunto colocolino.
El defensor explicó a la prensa chilena que la discrepancia entre jugadores y dirigentes por el estipendio económico rebasó sus posibilidades para mediar en el asunto.
De todas formas, los futbolistas chilenos se esfuerzan por no dar declaraciones a la prensa costarricense que frecuenta el hotel Herradura, su cuartel en suelo tico.
Sí lo hacen con los enviados de su país, que se desplazaron a suelo costarricense en gran cantidad.
Ovidio Ramírez, periodista de los manudos, informó de que hasta el mediodía de ayer se habían acreditado para el juego de hoy 12 periodistas de medios chilenos.
