El sentimiento de impotencia de los seleccionados que estuvieron presentes en aquel juego eliminatorio de la nevada ante Estados Unidos, en 2013, no se cura con el tiempo.
Las palabras del árbitro central de ese compromiso, Joel Aguilar Chicas, en las que asegura a La Nación que la FIFA lo felicitó por su desempeño y sus decisiones, reabrieron una herida que sigue sin sanar.
Christian Gamboa, titular en ese juego en Colorado, no ocultó su sentir hacia el central salvadoreño y reaccionó con asombro por lo que reveló Chicas.
“Tal vez lo felicitaron por ayudar a Estados Unidos. Cuando terminó el partido fue muy extraño porque nosotros sentíamos que nos habían robado y que no se hizo nada”, manifestó el lateral derecho de la Tricolor .
Gamboa insistió en que las circunstancias en las que los norteamericanos se impusieron 1 a 0 fueron muy extrañas y por eso reitera que a su parecer algo se dio para favorecer a los locales.
“No se podía jugar en esa cancha, eso no fue serio y por eso creo que fue por ayudar a Estados Unidos”, reiteró Gamboa.
Sin embargo, aunque el marcador de ese fatídico encuentro le dio los tres puntos a los estadounidenses, el gran ganador ese día fue el combinado patrio.
La frustración, el enojo y la impotencia alimentaron el deseo de revancha no solo de un grupo de futbolistas, sino de un país entero. Pese a que suene contradictorio, el árbitro Chicas terminó favoreciendo a la Nacional.
“De ese juego salimos fortalecidos el equipo y el país entero. Nos unimos todos”, consideró el atacante Álvaro Saborío.
Posterior a ese juego, ante Jamaica la afición tica le dio la espalda al himno del Fair Play , Estados Unidos se paralizó del miedo ante la furia Tricolor en el Nacional y la Sele amarró un boleto soñado a Brasil para luego hacer historia y derribar gigantes.