Es quizás el herediano más herediano. No solo tiene cinco tatuajes relacionados al club florense, sino que hoy define como “una felicidad” que de niño lo hayan descartado en Saprissa. Fue él, en cambio, quien le dijo no a la Liga cuando hace tres años le ofrecieron ser el técnico, por ser fiel a los colores rojiamarillos.
No sabe qué pasará el día de mañana, si alguna vez deja de ser el gerente del Team; de momento solo tiene claro que su misión es hoy arrebatarle los títulos de campeón a morados y manudos, así tenga que quitarles jugadores o contratar a algunos tan solo para que no los tenga el rival.
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