Ser presidente de un equipo de Primera División es cada vez más un asunto de empresarios.
Como los clubes de futbol pasaron a ser millonarios negocios en la última década, tener experiencia en el mundo de los negocios parece ser un requisito imposible de eludir.
La aparición de las sociedades anónimas deportivas (SAD), una figura jurídica creada por la Ley del Deporte de 1998, terminó de impulsar un modelo en el que los empresarios son mayoría y suelen llevar la voz cantante.
En los 12 clubes del futbol tico hay presidentes con diversas profesiones: dos abogados, un zootecnista, un economista y un ingeniero civil, entre otros. Sin embargo, la gran mayoría de ellos tiene un nexo común, ser dueños o administrar empresas.
Todos manejan algún vínculo con el mundo de los negocios. Ya sea el jerarca de Carmelita, Carlos González, quien posee una frutería y un súper en Alajuela, o el magnate mexicano Jorge Vergara, dueño del consorcio Omnilife.
En Pérez Zeledón, por ejemplo, el presidente Gilberth Fernández también es dueño de una empresa de buses del cantón, que a su vez es patrocinadora del club.
Fiebres. Aunque en muchas compañías los directivos no participan en el día a día de la empresa, en el futbol los presidentes están obligados a dedicar mucho tiempo a sus equipos.
“Esto muchas veces es de tiempo completo. Imagínese el caso de los que vivimos fuera de San José, hay que estar viniendo a cada rato a las asambleas”, indicó el liberiano Manrique Sibaja.
Ninguno de los presidentes recibe dinero alguno por concepto de dietas o salarios. No obstante, en el caso de las sociedades anónimas queda claro que si el negocio es exitoso hay una retribución económica para los accionistas.
Pero no es un proceso fácil. Adrián Castro, vicepresidente y uno de los principales socios de Puntarenas, indicó que todavía están lejos del punto de equilibrio. “Cada día el equipo es más autosuficiente, aunque deberán pasar al menos dos años más para que salga de los números rojos”.
Sin obstáculos. No hay mayores restricciones para ser presidente de club, salvo algunos requisitos que piden los equipos, como cierto tiempo en calidad de asociado.
Únicamente no pueden ocupar una silla en cualquier junta directiva los representantes de futbolistas autorizados por la FIFA. Por ello, Stefano Sgarlatta no puede ser directivo del Brujas.
Tampoco hay restricción alguna sobre la nacionalidad. El herediano Aquil Alí, quien nació en Mozambique, dice que se hizo aficionado al Team cuando vino a Costa Rica hace 12 años, pues su esposa, sus negocios y su residencia están en la provincia de las flores.
Por otra parte, el más veterano de los dirigentes, Carlos Cañón González, anunció que medita la posibilidad de dejar su cargo en el 2008, cuando se venza su período.
Una asamblea de 60 asociados del Carmelita lo renovó hace 15 días en la presidencia del club, que ocupa desde 1992.
“Me sobran ganas de irme, pero antes quiero dejar algunos proyectos terminados, como lo del estadio para el equipo. Hay gente que le pide a uno que siga. Por eso voy a analizarlo”, aseguró.
Colaboraron los corresponsales Fernando Gutiérrez, Olivier Pérez y Carlos Hernández.