En mi opinión creo que no se tenía que haber jugado este partido por una razón: la cancha no estaba en condiciones.
Incluso considero que la decisión de seguirlo por parte del comisario arbitral fue equivocada porque se ponía en riesgo la integridad de los jugadores de las selecciones y de los árbitros, pero afortunadamente no hubo ningún percance.
Aquí el problema es que ese tipo de situaciones como la nevada no pasan por la situación del árbitro, en los partidos clase A y en los juegos internacionales hay un comisario que es el encargado de determinar si se juega o no el encuentro.
A mí me parece que la decisión pasó por el comisario arbitral del encuentro y en parte se le cargó mucho al silbatero salvadoreño Joel Aguilar Chicas.
Hay que considerar que los comisarios son presionados para que se jueguen los partidos, eso sucede en muchos lados, pasa en Concacaf y en México no es la excepción a esto.
En suelo azteca vemos cómo se inundan las canchas y hemos visto cómo hay jugadores fracturados. También hay partidos que se inician y a los diez minutos se deben detener, pero es por la presión de algunos directivos al comisario para que se juegue en determinadas condiciones.
Mientras existan presiones externas es muy complicado dirigir en situaciones así.
En esa ocasión fue una mala determinación seguir con el partido. Ese mismo día en Europa suspendieron el partido entre Irlanda del Norte y Rusia por una situación similar. La FIFA debe velar por el cuidado de los jugadores.