San José (Redacción). Cristian Lagos destaca entre los jugadores de nuestra Primera División. Él no quiere fama, salir en los medios de comunicación lo tiene si cuidado. Para él, lo básico es su familia, la cual ha pasado por crueles momentos.
Hace dos años, este delantero de Ciudad Cortés ni soñaba con jugar futbol organizado. Trabaja en una bananero en medio de dificultades que el destino le deparó.
Si hijo padece de piebot (cuando la persona nace con ambos pies hacia adentro o hacia afuera) y su madre sufrió la amputación de las dos plantas de los pies.
En medio de su tristeza, aceptó probar suerte con Turrialba en la Segunda División. Y pasó la prueba con amplio rédito: Fue campeón goleador con 36 anotaciones en el torneo de la segunda categoría anterior.
En menos de lo que se esperaba, pasó a la Primera División con Brujas, equipo con el que ya probó su condición de artillero, pues anotó ante Limón y Cartaginés.
Hoy, aquel nativo de la zona bananera está feliz con el futbol. Tanto que jamás soñó con las alegrías que le depara a él y a su familia.
Es tan humilde, que no le da pena contar que sus compañeros en el club hechicero lo molestaron antes de viajar con el equipo a México, donde se realizó la pretemporada bruja.
“Ellos me decían que me iba a asustar al montarme en el avión, pues era la primera vez que salía del país y que me montaba en esos aparatos”, afirmó a nacion.com.
Pero ni se inmutó al abordar la aeronave y su periplo fue un todo un éxito. Luego viajó a Trinidad y Tobago, donde jugó contra el Joe Public por el torneo de la Concacaf.
“Mi vida ha sido muy difícil, pero gracias al futbol pude salir de una bananera, jugar en Primera División, viajar fuera de Costa Rica y ayudar a mi familia. ¿Qué más le puedo pedir a la vida?”, se preguntó.
Pero Lagos tiene aún sueños que espera ver hechos realidad. “Quiero ser el goleador de la Primera, alcanzar el título de campeón nacional con Brujas y ser llamado a la Selección Nacional”.
El delantero tiene muy claro la ruta para hacer realidad estos objetivos. “Solo puedo hablar con goles y por eso lucha cada día para ser mejor, para adaptarme a un torneo de Primera que, a diferencia de la Segunda, es más táctico”.