Con el músculo tenso, Saprissa defendió la ventaja de la ida en casa florense y logró el pase a la final del Torneo de Invierno.
Esta vez no se vio al equipo sobrado que con talento aplastó a Herediano en Tibás, pues Carlos Watson apeló a las agallas para sacar la tarea.
Y no fue fácil, pues con 2-0 y un minuto por jugarse, Herediano estuvo a punto de extender la serie. Fueron Jonathan Hansen y Johan Condega, al 49’ y 92’, quienes dieron esperanza a un estadio semivacío que terminó llorando.
Es cierto que Herediano puso el vértigo y que Odir Jacques puede jactarse de ser atrevido, pero es difícil entender que en una planilla tan extensa como la del Herediano, la ausencia de Elías Aguilar se sienta tanto.
Pese a que Jacques mantuvo su fidelidad al fútbol incisivo, no es lo mismo tener al frente a Belén que a Saprissa, equipo curtido en estas instancias finales.
Con la falta de Aguilar y la suplencia de Yosimar Arias, el otro tocador, los de casa se encomendaron a lo que José Sánchez y Kenny Cunningham pudieran hacer, o a la cabeza de Lagos.
Mas, ante un Saprissa con Calvo y Machado atrás, y los veloces Arauz y Mora por la bandas, la estrategia de Jacques no funcionó.
Los números del primero tiempo son contundentes: solo dos remates a marco, uno de Kenny Cunnigham y otro de Azofeifa, suman todo el peligro de los rojiamarillos en el primer tiempo.
Tan poco hicieron los florenses por recortar el pesado 3-0, que ni las salidas de Deyver ni Guzmán, ambos por lesión, les hicieron ver más peligrosos.
Pese a que ambos son parte de una columna vertebral morada que prioriza el toque ante la velocidad, Herediano nunca les sacó provecho, pues lo suyo era pelotear y correr, algo ya gastado.
Yosimar, la reacción. Abofeteado por el destino, el estratega local metió a Yosimar y Condega, otro conductor, no más iniciado el segundo tiempo, con tal de tener el balón y arrinconar al Saprissa.
Y así fue, la S se echó atrás y Herediano, desesperado, se metió a su área hasta lograr un penal que Jonathan Hansen y la espalda de Carvajal pusieron adentro.
Aún con dos de diferencia, Watson quisó cercar el área con Néstor Monge y Gabriel Badilla, este último símbolo del temple que se necesitaba para aguantar.
Con la roja de Bolaños a falta de 12 minutos, Saprissa terminó de meterse en su área y aguantar el vendaval de un equipo que siempre fue al ataque, aunque casi siempre de forma enredada.
En la penúltima jugada, y tras el susto con que Colindres pudo sentenciar la serie, cayó el 2-0, apenas para creer, pues aún restaba un minuto por jugarse.
El tercero no llegó y Saprissa, amparado en su ventaja, le ganó a Herediano el boleto de le final.