Limón le propinó a la S una paliza de escándalo, de esas que retumban en las cabezas de los futbolistas antes de dormir, como la peor de las pesadillas.
Los caribeños ahogaron a su adversario desde el primer minuto, machacaron cualquier ímpetu de respuesta morada y acabaron el baile con un quinto dardo, como para que el trago amargo se hiciera aún más difícil de digerir.
LEA: Limón le propina paliza escandalosa de 5-1 a Saprissa
Fue la tarde mágica de Limón, del fútbol atrevido e irreverente, de la cantera prolífera e inagotable y del fútbol alegre.
Saprissa sucumbió ante la puesta en escena de su rival, que en un arrebato de talento y orgullo le pasó por encima al líder para revivir después de tres caídas al hilo y decir presente en la férrea lucha por el título.
La intensidad caribeña rompió a la retaguardia morada, endeble frente a la sociedad de Luis Pérez y Shain Brown por el carril derecho y Michael Barrantes por la zona izquierda.
ADEMÁS: Horacio Esquivel: 'Me siento muy orgulloso de haberle ganado al profesor Watson'
La velocidad y picardía de los limonenses para generar jugadas de gol por los costados tuvo por la calle de la amargura a Joseph Mora y Jordan Smith.
En la medular, Miguel Marín se encargó de llevar la manija del duelo e incrementar los avances del equipo local, ante un Marvin Angulo desaparecido durante el primer periodo.
El volante central se encargó de ponerle números al marcador, tras colocar un tiro libre en el ángulo derecho de Danny Carvajal al minuto 11 de juego.
TAMBIÉN: Carlos Watson: 'Me da mucha vergüenza esta derrota'
La solvencia de Limón fue tremenda. Manejó los tiempos y controló a Saprissa a su antojo.
Al 32’, Barrantes le propinó un baile a Jordan Smith que acabó en un centro preciso para la cabeza de Erick Scott, que mandó la pelota a las redes.
Saprissa intentó responder con más coraje que fútbol. Una buena jugada individual de Fabrizio Ronchetti acabó en los pies de Colindres, quien anotó el descuento al minuto 40.
Ni por un segundo Limón entregó la iniciativa del duelo. El tanto morado fue solo un chispazo, pues los del Caribe siguieron controlándolo hasta que Kendrick Pinnock sacó el cañón para rematar desde fuera del área y anotar el 3 por 1.
Luego fue el turno de Barrantes, quien se quitó una marca de encima y otra vez, desde fuera del área, anotó el cuarto, al 68’.
Como pocas veces sucede, la S agonizó sin siquiera dar pelea. Como el boxeador que no intenta levantarse cuando el puñetazo lo manda a la lona y el juez empieza el conteo, solo esperó a que la cuenta llegara hasta 10.
Lo que hizo Pinnock fue la mejor prueba, corrió desde su propio medio campo hasta el área contraria y remató sin marca en el borde del área para anotar el quinto, otro golazo, el que redondeó la noche mágica.
La S, en cambio, tendrá que convivir con las pesadillas.