El Saprissa retomó la senda de los títulos en el fútbol femenino y ayer destronó 1-0 al anterior monarca, Moravia, con una cerrada final por el torneo de la Primera División.
Tras el duelo se dio una bronca entre jugadoras y cuerpo técnico de los equipos, que se agredieron con golpes y patadas, pero que no pasó a más al ser separados. Fue notoria la falta de seguridad, ante la nula presencia de autoridades policiales.
Según denunció la saprissista Yvonne Rodríguez, ella fue golpeada por el técnico de Moravia, Paul Mayorga, quien no dio explicaciones a la prensa.
La solitaria diana lo anotó la volante Cristín Granados, después de batir con tiro rasante a la portera local, Dinnia Díaz, al minuto 23.
“El gol fue una satisfacción personal, hemos trabajado por esto y el triunfo es para todas. Si el fútbol es justo, nosotros nos merecíamos esto”, resaltó Granados a La Nación .
El juego estuvo marcado por la polémica ante la anulación de la juez central, María Flores, de un gol olímpico de la moraviana Karolina Durán, al 16’. Nunca medió una carga local sobre la arquera morada, Julieth Arias, sino más bien de una de sus compañeras de la defensa.
Granados casi sube dos veces la cuenta, una al 30’ con un triple disparo que repelió Díaz en forma sensacional, y luego al 52', que la portera contuvo en forma diligente.
En la segunda parte, Moravia presionó, pero no logró abrir el cerrojo que impusieron las tibaseñas con orden táctico y juego expedito.
Así el Saprissa alcanzó su segundo título femenino, luego de ganar el primero en la cita del 2012.
“Somos el mejor equipo, que le gusta jugar. Hemos venido trabajando bien. Hoy (ayer) se vio eso y ese fue el premio”, explicó su tenaz capitana, Katherine Alvarado.
La final se disputó en el barrio El Socorro, en San Miguel de Santo Domingo de Heredia. El choque de ida finalizó 0-0, el martes pasado.