Los goles y los lujos fueron la sal y la pimienta con los que el Puntarenas FC condimentó al cuadro de Belén FC, para cocinar ayer –3 a 1– a su primera víctima del Campeonato de Invierno 2013, en la Olla Mágica .
A pesar de que el estadio Miguel Lito Pérez no lució lleno de aficionados, el calor hizo su papel, como suele pasar cuando el juego comienza a las 11 a. m.
Con disparo fuerte y al centro desde el manchón de penal, Daniel el Bebé Quirós (1-0) –que ayer fue un verdadero Daniel ‘el travieso’– puso en marcha a la nave puntarenense hacia la victoria.
La veloz transición de defensa a ataque del conjunto local probó ser un veneno para los comandados por Vinicio Alvarado, que a pesar de jugar con ganas de sobra, fueron consumidos por la táctica contraria.
Con su ventaja, el conjunto porteño no desistió en ofensiva y Ricardo Sardinita García le filtró un balón a Quirós, quien encaró nuevamente al arquero, lo eludió con tranquilidad y afianzó el rumbo con el 2 a 0.
Era una fiesta puntarenense en tan solo 17 minutos de juego y el público despertó junto con la comparsa musical que asistió a la caliente Olla.
Finalmente, el cuadro belemita también quiso despertar de esta pesadilla tempranera y comenzó a probar los guantes del nuevo portero naranja, Víctor Bolívar.
Uno de los pocos descuidos aéreos de los baluartes de la zaga del Pacífico (conformada por Roberto Wong y Darío Delgado) permitió el descuento visitante.
Al 33’, Allan Duarte se encontró solo en el área al goleador Ariel Santana, que resolvió la jugada al cruzar tranquilamente un cabezazo hacia el costado de la malla.
Expulsión real y simbólica. Al 54’, el belemita Christian Carillo ingresó y jugó solo nueve minutos hasta ser expulsado por el árbitro central Hugo Cruz, luego de golpear a un rival en una disputa por los aires.
Este evento derrumbó las aspiraciones de empatar de Belén FC, que en todo el segundo tiempo no tuvo una sola opción clara de gol.
El complemento fue vago, sin emociones; no hubo un solo remate directo de ningún equipo hasta los últimos 15 minutos, cuando el exsaprissista Daniel Colindres abrió su cuota goleadora.
Cuando los locales estaban presionando más por las bandas, el guardameta Erick Sánchez rechazó un centro “a medias”, dejó picar bola en el área, Colindres se la encontró y no perdonó: puso el 3 a 1 definitivo.
El “ole, ole” en las graderías surgió luego de un caño que el mismo goleador del tanto provocó, como dando por sentado que el partido ya estaba definido.
Por la mente de los locales solo pasaba una cosa: el campeón Herediano es el siguiente de la lista.