Puntarenas. Cuando el árbitro levantó la mano para indicar cinco minutos de reposición, el rostro enrojecido de Rónald Mora se desencajó una vez más.
Era el epílogo, Cartaginés hacía hasta lo imposible por amarrar una victoria que merecía, mientras que su timonel era un tigre, entre el redil y la cal.
Mario Víquez cobró un tiro libre desde el costado izquierdo. El balón pasado lo devolvió Sherman Vásquez, remató Greivin Portuguez y Mario Camacho lo “peinó” de cabeza. Y fue gol y fue drama. ¡Dos a dos al minuto 94!
Cuatro modificaciones notorias presentó el elenco chuchequero en su formación inicial.
El arquero Bryan Zamora, el defensor Greivin Portuguez, el mediocampista José Macotelo (habitual relevo, pero ayer titular desde el inicio), y el delantero Ricardo García, fueron las variantes que el técnico local, Luis Diego Arnáez, justificó después por las lesiones de los titulares y por el requisito reglamentario de alinear a las figuras jóvenes.
Y bien, la consecuencia de “los remiendos” se evidenció muy temprano, al minuto ocho.
Un balón largo que despejó José Daniel Víquez le permitió a Enoc Pérez “madrugar” a los “gendarmes dormidos”, léase Roberto Wong y el guardameta Bryan Zamora. 0 a 1.
Sin embargo, la reacción naranja se activó de inmediato, al minuto 10. Tiro de esquina de Mario Víquez (¡qué bien le pega a la pelota!), trallazo de Kurt Bernard, paradón de Michael Tommy, pero con rebote... ¡Estocada de Rafael Núñez! 1 a 1.
Los tocayos y más... Los tres se llaman Esteban; los tres destacaron. Sirias, Granados y Bolaños, ¡sobre todo Granados!
Comandados precisamente por el despliegue del número seis de Cartaginés, con el vuelo de Sirias por el costado izquierdo y con la búsqueda del pie a pie entre los creadores y los artilleros, los brumosos impusieron las condiciones a lo largo del primer lapso.
Mientras tanto, en el elenco naranja la destreza de Mario Víquez para convertir balones en “dardos teledirigidos” emergía como la mejor virtud de los pupilos de Luis Diego Arnáez.
La insistencia de Víquez, tanto de tiro libre como en los saques de esquina, propició a su vez que Michael Tommy creciera en el arco de la Vieja Metrópoli.
En la segunda etapa, un centro pasado de Sirias, de tiro de esquina, culminó con cabezazo de Richard Mahoney y Cartaginés se montó en las cifras. 1 a 2, al 49’.
Con más fervor que facultades técnicas, los de Puerto avanzaron en pos del empate. Y lo consiguió Camacho de la forma descrita.
La faena era azul, pero el juego acaba... ¡hasta que se termina!
Con el rostro enrojecido, el timonel brumoso salió del campo, lleno de ira, presa de la frustración.
¿Merecía ganar? Quizás.