Con la voz entrecortada y el rostro lleno de dolor, Rándall Azofeifa llegó al estadio Ricardo Saprissa a darle el último adiós a su ‘hermano’ Gabriel Badilla.
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Amigos de la infancia, vecinos y compañeros de batalla, con Saprissa y la Selección Nacional, Azofeifa no pudo ocultar la tristeza que lo embargaba.
“Son de esas sorpresas (la muerte de Gabriel) que nadie se quiere llevar. Los que sufrimos somos los que quedamos acá y no queda más que sobrellevar esto de la mejor forma y que todos tengamos las fuerzas suficientes”, comentó Azofeifa.
“Son situaciones difíciles (la pérdida de un ser querido), yo que lo viví con mi madre. Son momentos de altibajos, en un instante estás estable, en otro sí sufrís un poco más de lo normal”, confesó Rándall, a quien se le quebró la voz por un instante mientras daba declaraciones.
El volante del Herediano, quien inició en el Saprissa junto a Badilla, toma aire para continuar con su conversación.
“No sé si ustedes han llorado tristezas, te sale de adentro”, confesó Azofeifa mientras parecía ganarle el llanto.
“Hay que sobrellevarlo y acá estamos acompañándonos todos en un momento tan difícil”, manifestó, mientras trataba de secarse las lágrimas.
El jugador florense agregó que se debe recordar a Badilla como una gran persona y todo lo que dio tanto por el cuadro patrio como en el Saprissa.
“Gabriel se destacó por muchas características positivas, porque hoy (ayer) acá en el estadio no solo el saprissismo se hizo presente, han llegado heredianos y otras aficiones a darnos las condolencias, se han identificado muchísimo y como dije, aquí solo nos queda reconfortarnos todos”, añadió Azofeifa.