Lo que prácticamente todo futbolista teme le pasó a Hugo Madrigal y Pablo Nassar: lesiones los obligaron al retiro a corta edad, apenas superando los 30 años.
Sin embargo, ninguno de los dos tuvo resquicio de temor.
La razón: tenían un título universitario en cual apoyarse al momento de alejarse de las canchas.
Los dos sufrieron de operaciones en sus rodillas y de larguísimos ratos postrados en cama, pero con la tranquilidad de que la foto con el diploma en derecho y administración de empresas, respectivamente, ya estaba en casa.
Con esa realidad, la decisión final no era difícil de tomar.
“Yo volví de una lesión tras seis meses en los que casi no me pude levantar. Pero no me sentí bien. Tras cada juego la rodilla me dolía mucho”, contó Madrigal.
“Me imaginé rodando por equipos y pensé que ya tenía una profesión con la cual respaldar a mi familia y que podía ser un buen momento para darme a conocer como abogado, poner mi oficina y hacer mis clientes. Dije ‘hasta aquí’”.
Mientras tanto, la historia de Nassar es muy similar.
“Los últimos dos años de mi carrera los pasé lesionado. Yo quería continuar pero mi cuerpo no. Así que le dije a mi esposa: ‘Me voy a retirar, pero estoy bien porque tengo mi educación y mi formación. No pasa nada’. Más bien, saqué una maestría”, contó.
A los dos se les consultó si se arrepentían de la decisión. La respuesta fue un directo y claro no.