Se planta con el '5' atrás, con un porte de típico zaguero central. No muy rápido, tronco, con buen tino para conducir el balón y sin demasiadas complicaciones. Habla constantemente con sus compañeros de zaga, como si llevara rato vistiendo la casaca morada.
Henrique Moura Perillo, un defensa sencillo que proviene del Clube do Remo, un popular equipo en el estado de Pará (una de las cientas de ligas que componen el fútbol de Brasil), aparece en la oncena de Saprissa como la "solución" más real a los dolores de cabeza de la zaga morada. Fue titular en el duelo que los morados empataron 2-2 ante Motagua de Honduras, este domingo en el Ricardo Saprissa.
No es muy vistoso, pero a plena vista se diferencia del resto de los jóvenes de la zaga en un factor tan valioso como prioritario para Carlos Watson: le gusta girar instrucciones. De entrada, conversa con Jordan Smith, improvisado contención en el esquema morado, le llama la atención al joven Yostin Salinas después de descuidarse en la marca cuando la S recibió el segundo tanto del juego.
No hay de otra, para eso lo trajeron desde Brasil, en donde jugaba con un equipo que llenaba su estadio de vez en cuando, aún en segunda categoría. Enfrentaba al Paysandú en el clásico del estado de Pará, con el que afronta una enconada y añeja rivalidad.
Recién integrado al vestuario tibaseño, a Moura le espera una ardua tarea, si Saprissa pretende despejar los problemas defensivos que arrastra el equipo desde la campaña pasada.
Motagua (goleado 3 por 0 por Alajuelense el viernes), acabó exhibiendo algunas falencias de la S, incluso cuando los desaciertos del arquero Aarón Cruz añadieron una preocupación adicional que no estaba presupuestada, a las puertas de iniciar el certamen.
En ataque, el molde inicial muestra más pros que contras. De Daniel Colindres se puede esperar lo mismo: Desequilibrio, velocidad, coraje; de Angulo creatividad y buen manejo de los tiempos, pero de Jerry Bengtson aún era una incógnita, hasta este domingo, cuando dilucidó algunas dudas.
Después de un buen pase filtrado, controló el balón, se sacó la marca del cancerbero catracho y esperó la llegada de Angulo, quien con la puerta vacía no dudó en abombar las redes al 21'.
Después, le bajaría un poco la tensión al ambiente de la gradería, tras igualar los cartones al minuto 83', luego de una buena jugada de Marvin Loría, que desde el cierre de la campaña anterior viene creciendo en su desempeño.
Primera prueba superada para Bengtson, un típico centro delantero pivoteador, que aún sin ser el hombre más ágil de Watson, tiene velocidad para correr la espacio cuando es necesario.
Silbatina. Después vendría el cúmulo de errores de la retaguardia, endeble en la táctica fija, demasiado expuesta atrás y con su guardameta timorato, que al final salió chiflado de la Cueva.
Un remate de media distancia de Erick Andino, que parecía sencillo de controlar, acabó abombando las redes de Cruz, la gran víctima del Monstruo de mil cabezas, ayer en el Saprissa.
Recién iniciado el segundo periodo, una jugada de táctica fija volvió a acongojar a los defensores tibaseños. El balón se filtró entre los centrales y acabó con el segundo gol, obra de Robel Bernández en apenas el primer minuto del compromiso.
La ventaja en el marcador acabó siendo demasiado grande para Saprissa, que aún en la pretemporada no le perdonan sus errores desde las gradas.
Los cambios vinieron y con ellos un juego todavía más predecible e impreciso para la escuadra morada. Quizás, solo Moura se salvó de la silbatina y, por el contrario, acabó aplaudido al salir de variante en el segundo periodo del cotejo.
Un duelo de pocas luces para la S, que ni en los refuerzos, encuentra la seguridad en la retaguardia.