El futbol costarricense recibió anoche un nuevo golpe en el rostro, en lo que se refiere a su despliegue fuera de las fronteras.
El Deportivo Saprissa quedó fuera del torneo de la Uncaf, al perder 0-2 ante el Victoria de Honduras, un equipo con menos historial que el campeón tico.
Pero ayer, en el Estadio de la Ceiba, en territorio hondureño, el Saprissa no fue más, sino menos, mucho menos.
El conjunto morado no apareció en el primer tiempo y sufrió en más de una oportunidad.
El dardo inicial lo clavó Héctor Flores apenas a los 2 minutos de haber comenzado el partido.
Máximo Arzú evadió a Try Bennett con suma facilidad y envió un centro preciso a la cabeza de Flores, que le cambió la dirección a la pelota, anticipando a Gabriel Badilla en el salto.
Empezaba el sufrimiento.
Luego, el portero costarricense cubrió los yerros de sus defensores, con dos grandes tapadas a violentos remates de Wílmer Crisanto.
Porras resistía en su arco, pero no se sabía cuánto le iba a durar ese momento de brillantez.
Pero si en la etapa inicial los morados no pudieron coordinar un ataque claro, en el segundo tiempo, la presión descontroló totalmente sus movimientos.
Pelotazos y servicios imprecisos fueron la constante en el juego del conjunto tico.
Ni la entrada de Celso Borges a los 38 minutos del primer tiempo, por la lesión de Centeno (desgarre en el músculo posterior al muslo derecho), ni la de Bolaños por bennett al 63’, cambiaron el curso del encuentro.
A la vez, a Saprissa le faltó ambición, porque con el marcador parcial de1-0, el juego se iba a los penales (por la victoria del Monstruo en Tibás, con igual marcador).
En un mal día es mejor tomar precauciones y Saprissa estaba teniendo uno terrible.
Los tibaseños quisieron ir al frente sin un rumbo claro. Y sin el contacto fino de pasar la pelota de pie a pie, más difícil se tornaba la misión de revertir el marcador.
La debacle llegó al 74’. Porras dejó suelta una pelota después de un tiro de esquina y no fue escoltado por sus defensores. El brasileño Fabio de Souza aceptó el regalo y de volea mandó la pelota al fondo de las redes.
Al sufrimiento se le agregó la desesperación.
Es cierto que en el primer tiempo el árbitro panameño Roberto Moreno (de desastrosa actuación) no convalidó un legítimo gol de Gabriel Badilla al cobrarle un empujón al cabecear. Pero también compensó al no avalar un gol del argentino Alejandro Naiv, después de un claro error de Porras.
Después de la segunda conquista, los morados fueron a ver cómo salvaban el encuentro, pero resultó imposible.
El desorden entre sus filas era tal que por poco permite que el conjunto hondureño anotara otro gol más, y sacara humillado al Saprissa.
Al final, Victoria obtiene el pase a la siguiente ronda. Jugó bien y se clasificó merecidamente a las semifinales del torneo de la Uncaf, donde enfrentará al Olimpia.
Y con Saprissa y Alajuelense fuera, Puntarenas es la única esperanza que tiene el futbol tico de clasificarse a la Concacaf y buscar una posible participación en el Mundial de Clubes.