Aquel “flaco” futbolista que regresó de un periplo australiano que le quitó galones a su fútbol, es hoy el motor que tiene al Saprissa como líder del Verano.
Anoche, tal y como el domingo le sucedió en Cartago, fue la buena derecha de este volante la que dio un paso al frente para comandar el pelotón vencedor que ‘jefea’ Carlos Watson.
Con un tanto de ajedrecista, de tiro libre y al poste, tal y como lo hizo frente a los brumosos, el ‘11’ abrió anoche el camino a una nueva victoria morada, la segunda en cuatro días, y la que pone a tibaseños como líderes en solitario, a un punto de la Liga y Pérez, sus perseguidores.
Fueron solo tres minutos los que necesitó Angulo para marcar de bola quieta, pasando el balón por encima de la barrera y contando con la complicidad de Aaron Cruz, débil en el vuelo.
Y es que el fútbol simple, pero fluido, de Marvin, le da al mediocampo tibaseño la transición necesaria para aprovechar la velocidad que suma en la ofensiva, donde anoche tuvieron oportunidad Escoe y David Ramírez, por el centro, Hansell Arauz y Diego Calvo, abiertos.
Precisamente fue Ramírez, a quien apodan Chicharito, el que marcó el segundo tras una pared con Angulo que le dejó solo.
Era el minuto nueve, mas la obra del flaco aún no concluía, pues tres minutos más tarde cobró un tiro de esquina a la cabeza de Aubrey David, trinitario que solo puso la testa para castigar de la pasividad una la zaga universitaria que nula todo el encuentro.
La losa, pesada y tempranera, no se movió de ahí. Pese a que Guilherme Farihna trató de dar velocidad con Joel Silva y Víctor Gutiérrez, el armazón morado es cada vez más sólido y eficiente.
Mientras que en la U el fútbol es antojadizo, con Mauricio Montero, Freddy Álvarez y Jonathan Sibaja tratando de llevarla, en Saprissa David Guzmán juega cada vez trabaja más confiado.
Claro, el “trabajo sucio” de este número ocho tiene mucho que ver con el buen momento de Angulo, ya que mientras Guzmán ‘se parte’ marcando, el 11 solo debe esperar el balón, darse la vuelta y comenzar los embates.
Eso sí, tras una primera parte de sentencia, Marvin ya no generó tanto peligro en el segundo episodio, cuidándose, obviamente, para el Clásico.
Del complemento solo sobresalen las dos intervenciones de Penedo, la primera arriba ante remate de Silva, y la otra, la mejor, sacando de la línea el descuento tras un remate en su cara.
La victoria, fácil y oportuna, pone al Saprissa en la cima, y confirma que aquel flaco cuyo periplo australiano por poco los desasucia, hoy es la bujía que enciende la chispa de la maquinaria morada, la que está líder.