El protagonista no fue Wílmer López, ni Mauricio Montero, ni siquiera Jozef Miso. Esta vez, como se ha vuelto costumbre, el central Ricardo Montero se robó el show y acabó por ser el actor principal del clásico.
No tiene el Pato ninguna culpa de los enormes yerros del silbatero. Él cumplió. Le devolvió la fe al liguismo, mandó un once distinto a la cancha y con un pundonor que solo un ídolo de su magnitud puede lograr, la Liga acabó por golpear a Saprissa en su campo, para revivir así de la mejor forma: hiriendo al archirrival.
El duelo inició con una de esas jugadas tan influyentes como inusuales, que con el paso del tiempo aún se recuerdan por la pésima decisión arbitral. Se jugaban 16 segundos cuando el central Ricardo Montero pitó una falta inexistente de Jerry Bengtson sobre Patrick Pemberton, cuando le robó el balón en salida y lo mandó a la red.
Wílmer López quedó pálido, Carlos Watson celebraba. Montero llegó tarde a señalar la falta y de inmediató el Pato recuperó el color, mientras Watson se quitó la gorra y estuvo a punto de lanzarla al suelo. Se aguantó el estratega morado, pero a cambio, pasó enfurecido durante todo el primer tiempo hasta salir expulsado.
El gol pudo ser un nocaut rápido, por lo visto en la débil respuesta rojinegra del primer periodo. Las gradas abarrotadas y el Pato viviendo cada minuto con el corazón en la mano fueron insuficientes para limitar el control morado, mucho más claro en el toque y en las salidas rápidas durante la inicial.
Porque aún con el corazón reflejado en su propio banquillo, con tres manudos de raza, la Liga necesitaba más que eso. Las limitaciones individuales y colectivas de los rojinegros fueron aprovechadas por un Saprissa de tome y dame y pases filtrados, que solo en un pequeño lapso del cotejo cedió la iniciativa para contragolpear.
Ante la falta de calidad, la Liga atinó a buscar el marco rival con balones largos y algunos trazos abiertos, que en pies de Din John Arias acabaron en centros que poco inquietaron a la retaguardia morada.
En ese ímpetu manudo de reaccionar tanto como lo hizo su gente para llenar el estadio, aparecían Jonathan McDonald y Bryan Jiménez para luchar cada pelota, pero sin distribuidores y generadores de peligro.
En cambio, Saprissa jugaba de memoria, el pase de primera intención para Daniel Colindres acabó en tres remates con sello de gol, dos de ellos frenados por Patrick Pemberton, fundamental para mantener el arco en cero ante los constantes fallos de José Salvatierra en la marca.
En el segundo tiempo la Liga equilibró las acciones, al menos en ofensiva, pues la S mantuvo la esencia de los cambios de juego y los balones filtrados para hacerle daño a la retaguardia eriza. Solo en el primer minuto, Bengtson remató dentro del área chica, lo que obligó a la intervención de Patrick.
Esta vez la Liga sí tuvo creatividad para golpear a la zaga morada. Un buen centro de Arias acabó en la cabeza de McDonald, quien tocó el balón hacia atrás para Cordero, que remató desviado.
Del libreto de López, aún en pañales, destaca la inclusión del joven Darío Alfaro en la zaga, aplomado en la marca y los cambios en el mediocampo para tratar de ser un equipo menos predecible en ofensiva.
La Liga mejoró notablemente en la complementaria, cuando entendió que podía herir a Saprissa si incrementaba la dinámica, abría por los costados y se aprovechaba de la ausencia de marcadores en el eje central.
Fue un inesperado remate de Kurt Frederick, que se estrelló en el palo, el que acabó por darle la anotación a los erizos, ya que el balón quedó suelto dentro del área chica, en donde se encontraba McDonald.
El artillero controló el balón con el brazo y con el arquero vencido abrió la cuenta al 63'.
Después vendría el manejo. Con el gol a favor, Alajuelense retrasó la línea de presión, como en los mejores tiempos de Óscar Ramírez, y jugó con la necesidad morada de igualar los cartones.
Quizás fue por necesidad pero a la vez frustración, porque en la inicial y antes del gol el duelo era parejo.
Los morados adelantaron líneas mientras la Liga se replegó con astucia y empezó a encontrar los espacios.
El juego se tornó de ida y vuelta, con la S tras el empate y la Liga en busca del gol que le pusiera la lápida al juego.
Hasta que Saprissa perdió los estribos y la serenidad.
Desde el propio Watson, que reclamó como pocas veces se ve, hasta sus jugadores, que en el cierre perdieron la cabeza. Primero Moura al salir expulsado y luego Bengtson que recibió la roja directa.
En el epílogo, con la S hundida y vencida, McDonald se encargó de anotar el doblete al 92' y sellar la victoria.
Alineaciones:
Alajuelense: Patrick Pemberton 8, Darío Alfaro 7, Kenner Gutiérrez 7, José Salvatierra 4, Kurt Frederick 7, Luis Sequeira 6, José Luis Cordero 5, Luis M. Valle 5, Din John Arias 5, Bryan Jiménez 5 y Jonathan McDonald 8.
Cambios: Guevara 7 (Arias, al 58´), Yuaycell Wright 6 (Jiménez, al 67'), Jameson Scott 6 (Frederick, al 76´).
Saprissa: Kevin Briceño 5, Jordan Smith 5, Heiner Mora 5, Henrique Moura 5, Julio Cascante 6, Juan Bustos 7, Mariano Torres 7, Ulises Segura 6, Jerry Bengtson 6, Daniel Colindres 7, David Ramírez 6.
Cambios: Luis S. Pérez 5 (Ramírez, al 64´), Marvin Angulo 5 (Juan Bustos, al 75´),Jonathan Moya -(Smith, al 81´).
Expulsados: Henrique Moura, Jerry Bengtson y Carlos Watson para Saprissa.