El entrenador vive una profesión inestable. Depende de marcadores positivos o negativos del club que dirige y el que no lo entienda así, sufrirá en el desempleo.
Para cuando no se entrena a un equipo, hay que estar preparado, continuar sus estudios y actualizarse lo más que pueda.
Si queda desocupado, desarrollar otras actividades para mantenerse tranquilo en la parte económica, mientras le aparece una nueva oportunidad para dirigir.
Algunos, incluso, incursionan en los medios de comunicación como comentaristas especializados para analizar los partidos.
Uno de esos casos es el de Javier Delgado, técnico actual del Real España de Honduras, quien opinó a profundidad del último Mundial de Brasil 2014 para Teletica Deportes.
Y cuando no está en el fútbol, Delgado pone a funcionar un negocio de aire acondicionado o brinda charlas de liderazgo en empresas.
“Siempre busco firmar mínimo por un año, para dos torneos cortos, pero cuando se pierden dos o tres partidos seguidos se vienen las repercusiones y hay que estar listos. El fútbol se ha vuelto muy resultadista con los torneos cortos y eso es común en nuestro medio”, meditó.
Otro proceso lo padeció el uruguayo Daniel Casas en el semestre pasado, cuando dirigió a su último club, Pérez Zeledón, y decidió no seguir al analizar que las condiciones económicas “no eran favorables”.
“Soy defensor de mantener los cargos, pero para hacerlo hay que evaluar varias cosas y eso lo hacen los directivos”, recapacitó Casas.
Recién descartó opciones en el país y Guatemala. Mientras le surge otra, el charrúa se dedica a su taxi y a su empresa privada, “una sociedad en construcción”, reveló.