El de ayer en el Morera Soto fue un juego de muchos goles, cierto, pero también de muchos errores. Los pecados defensivos de Alajuelense y Liberia Mía terminaron inflando un marcador que sabe un poco más dulce para los de la pampa.
Durante buena parte del juego el cuadro liberiano llevó la voz cantante. No se encerró, apeló a la experiencia de sus hombres, hizo correr la pelota y hasta se dio el lujo de anotar el primer gol cuando el cotejo apenas gateaba.
El 0-1 nació del error del capitán manudo Cristian Montero. El erizo intentó salir jugando y fue madrugado por William Sunsing que dejó la pelota y el camino abierto a su compañero Jacques Remy. El francés dio unos pasos con el balón y antes de entrar al área soltó un zurdazo imposible para Wardy Alfaro.
Como una secuela del riflazo de Remy, la Liga se vio desorientada durante varios minutos. La afición pampera aprovechó el estado de shock para gritar “oles” en un estadio manudo caído en el silencio.
La respuesta tardó un poco pero llegó. Al 21’, otro yerro defensivo le sirvió a Montero para enmendar el suyo. Con la venía de sus colegas, el zaguero rojinegro entró sin marca al área para cabecear un tiro libre cobrado por Eliseo Quintallina e igualar el marcador.
A pesar del 1-1, Liberia no perdió la buena cara, más bien Víctor Núñez y Sunsing estuvieron cerca de clavar otro dardo hacia el final del primer tiempo.
El arranque de la segunda etapa fue casi una fotocopia de la primera. Apenas seis minutos después del pitazo Liberia aumentó la cuenta. Remy le robó la espalda a sus marcadores y sirvió al centro del área para que un solitario Núñez la enviara al fondo.
De nuevo la respuesta local tomó su tiempo en llegar, pero bastón un descuido de la zaga pampera, al 64’, para Quintanilla filtrar un balón al área y Windell Gabriels venciera al portero Álvaro Mesén.
Con el 2-2 llegaron los mejores minutos del cuadro erizo. Liberia se desordenó un poco y abrió un portillo en la zaga para que los de casa se fueran arriba al 76’. Otra vez Cristian Montero cabeceó solo un tiro de esquina, Mesén rechazó el remate a quemarropa, pero el balón le quedó servido a Jeancarlo Solórzano, que por primera vez puso arriba a los de casa.
Y hubieran sentenciado, porque el portillo quedó abierto y por ahí entró sin marca Ignacio Aguilar para enviar por encima del horizontal la primera pelota que tocaba.
Al 82’, un centro de Esteban Sirias encontró en el segundo palo a Alan Alemán, que de seguido la prendió de derecha. El remate iba hacia afuera, pero Núñez se coló dentro del área pequeña y atravesó su pierna izquierda para anotarle por segunda ocasión a su antiguo equipo y poner el 3-3 definitivo.
Como lo hizo en su primer gol, el Mambo mantuvo la cabeza baja y no celebró. Sus compañeros se unieron a su respeto; por fuera no reían, mas por dentro, de seguro, paladeaban el buen sabor de un empate en el Morera Soto.