El delantero Óscar Rojas dejó los Tiburones Rojos de Veracruz, tras su ascenso a la primera división..
Rojas, quien inició su andar por el balompié con Carmelita (antes llamado Carmen) ascendió la temporada anterior con Los Reboceros de La Piedad y todo hacía prever que pasaría con su equipo a la máxima categoría.
No obstante, ante consulta de La Nación, el equipo informó oficialmente que no contará más con el artillero.
La Piedad cambió de nombre y lugar luego de pasar de Primera A (Segunda) a la Primera División. Ahora se llama Tiburones Rojos y su sede está en Veracruz.
“Óscar Rojas desafortunadamente ya no está con nosotros en el equipo, él se quedó a radicar en La Piedad y algunos de los elementos (jugadores) se trasladaron a Veracruz para jugar con los Tiburones Rojos, ya en la Primera División”, reza la comunicación del club.
Benito García, periodista de Deportes de Diario Imagen de Veracruz, indicó que Rojas no entró en los planes del técnico de los Tiburones Rojas, Juan Antonio Luna.
“Óscar se regresó a la ciudad de La Piedad, Michoacán, donde fundó escuelitas de fútbol. Como no participó en el draft (mercado donde se subastan los futbolistas, el cual se celebró del 3 al 7 de julio), no podrá jugar en el futbol profesional mexicano, el cual está compuesto de la Liga MX y la Primera A”, sostuvo García.
Rojas tiene una dilatada carrera en el balompié azteca. Fue vendido por Carmelita a Chiapas, club con el que jugó dos temporadas (2008-2009), pasó luego a Morelia (2008-2009), Mérida (2009-2010), Indios (2010-2011) y Toros Neza (2010-2011).
Regresó a Costa Rica y se enroló con Herediano (2011-2012), pero luego volvió a tierras aztecas, con La Piedad (2012-2013) en segunda categoría.
Ha jugado 156 partidos oficiales de clubes, en los que consiguió 26 goles y solo una vez fue expulsado. Fue el 20 de noviembre del 2010, cuando su equipo, Indios, perdió 0-1 contra Orizaba.
Habría ingresado de cambio al minuto 46 y el árbitro Antony Zanjuampa le mostró la roja al 55 en el estadio Olímpico Benito Juárez, ubicado en Ciudad Juárez.
La Nación intentó conocer el futuro de Rojas, un puntarenense de 34 años, pero no contestó su teléfono celular.