Muchos aficionados fueron al aeropuerto Juan Santamaría de Alajuela con la esperanza de llevarse algún recuerdo del astro brasileño Ronaldinho, quien llegó este lunes a la 1:10 p. m.
No obstante, el único que logró un autógrafo y una fotografía fue Marco Mata, quien padece de distrofia muscular, lo que le impide caminar, por lo que se moviliza en silla de ruedas.
Este vecino de Paraíso de Cartago llegó temprano al aeropuerto para ver al exjugador del Barcelona.
Mata se tomó una foto con el exfutbolista y logró que le diera dos autógrafos. No lo hizo entre el tumulto, pues tuvo la fortuna de que le permitieran entrar al Salón Diplomático para estar unos minutos en privado con el brasileño.
"En realidad me habló muy poco, pero sí fue muy lindo y muy amable. Se portaron muy amables, fue una experiencia muy bonita", contó Mata.
Miguel, hermano de Marco, fue el encargado de llevarlo hasta quien consideran un ídolo.
"Fue rápido, nos sacamos una foto. Lastimosamente la foto quedó movida, pero no importa, nos firmó la camiseta de la Selección Nacional y un balón", dijo Miguel Mata.
Luego de dicho contacto con el ganador del Balón de Oro en el 2005, los hermanos Mata salieron del Salón Diplomático y fueron aplaudidos por los aficionados que seguían esperando la salida de Ronaldinho.
Unos 10 minutos después, a eso de la 1:40 p. m., se dio la esperada salida del suramericano, quien con una camiseta negra, lentes oscuros y en compañía de seis oficiales de seguridad, pasó lejos de los aficionados... solo brindó un saludo antes de subir a un automóvil lujoso para dirigirse al hotel donde se hospeda.
La otra cara de la moneda. Marco Mata salió con una sonrisa de oreja a oreja, pues cumplió su objetivo, pero otros fanáticos del brasileño vieron su deseo frustrado.
Así le pasó a Brandon Herrera, de 18 años y oriundo de Alajuela, quien esperó por más de dos horas por una firma o un selfi, pero nunca llegó.
"Lo sigo desde que estaba en el Barcelona, tengo varias figuras de Ronaldinho y camisas. Es mi ídolo y es el mejor jugador de la historia", comentó Herrera.
El que se robó las miradas fue Carlos Gutiérrez, vecino de Pavas, quien llegó con una camiseta de la selección de Brasil, un mangano, tenis deportivas y pelo colocho, por lo que todos los presentes en el aeropuerto empezaron a gritarle "eso Ronaldinho".
Gutiérrez no pudo lograr su cometido, pero sin duda fue tan aclamado como el verdadero Ronaldinho.