REAL MADRID - MANCHESTER UNITED GRA522. MADRID, 13/02/2013.- Los jugadores del Real Madrid se lamentan tras el gol marcado por Danny Welbeck, del Manchester United, durante el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado esta noche en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE/JuanJo Martín (JuanJo Martín)
Madrid. El mítico Old Trafford decidirá una eliminatoria repleta de igualdad, que dejó en su primer capítulo un bello duelo entre un Real Madrid que luchó por un botín mayor y un Manchester United que se llena de ilusión gracias a la figura salvadora de su portero De Gea.
Se vistió de gala el Santiago Bernabéu para vivir una de esas noches mágicas europeas que han dado forma a la leyenda blanca. Todos eran conscientes de que el partido más que de octavos era una final.
El castigo a la fase de grupos fue un cruce de altos vuelos que llega a destiempo. Un Manchester United tan rígido en un sistema como poderoso en ataque que se agarró a la figura del español David De Gea para no acabar rendido al poderío de Cristiano Ronaldo.
El reencuentro con su pasado dejaba sentimientos que se amontonaban y que apartó un futbolista que no para de crecer, convertido en el Di Stéfano del futbol moderno, y quien emuló los prodigiosos saltos de Santillana para levantar al Real Madrid de la lona cuando encajó un duro golpe.
Los amigos José Mourinho y Alex Ferguson decidieron premiar al mundo del futbol. Salieron con todo, sin especulaciones, a jugar un duelo de juego directo, sin control, en el que se impondría el que más acertado en el remate estuviese.
Comenzó perdonando el Madrid: empujado por un ambiente de gala, Khedira disparó fuera la primera y De Gea tuvo la primera de muchas intervenciones, apenas rozando con el guante un disparo de Coentrao que repelió el poste.
Fue eléctrico el duelo desde el inicio. Sin tiempo para respirar. Intercambio de golpes y un flanco por explotar en la defensa inglesa.
Rafael perdió los dos primeros pulsos con Cristiano y fue un flan el resto del partido. Son días en los que las ocasiones de gol marcan el destino: el Real Madrid perdonó en sus llegadas y fue castigado con dureza cuando era superior.
Un saque de esquina de Rooney lo remató a la red Welbeck a los 20 minutos, elevándose entre la salida indecisa de Diego López y la pasividad de Sergio Ramos. El golpe menos deseado en Europa. Un gol en tu casa en una eliminatoria que se decidirá por detalles.
No había tiempo para las lamentaciones. Debía responder con rapidez el conjunto madridista y lo hizo con Cristiano Ronaldo.
El portugués se elevó y detuvo el tiempo en el aire como en la final de Copa de Mestalla. Su poderoso salto mandó a la red con un cabezazo el centro de Di María. Empate 1-1.
Con el gol Alex Ferguson reservó la valentía para la vuelta en Inglaterra. Retrasó metros y se agarró al oportunismo de Welbeck.
Los Diablos Rojos tuvieron tres opciones para sepultar al Madrid y el equipo blanco se cansó de luchar contra la muralla en la que se convirtió De Gea, la gran figura de un primer capítulo que tendrá su cierre en el difícil Old Trafford.