Keylor Navas cerró la temporada en Europa en pleno ascenso, siendo vital e imponiendo respeto en el arco, al punto de que quien lograra la gesta de superarlo tenía muy claro que necesitaba sacar su mejor joya del repertorio, y así fue en la final de la Champions.
El tico prácticamente no fue exigido por la Juventus, pero desde el arranque del compromiso demostró que estaba listo para darle seguridad a la zona baja y responder. En apenas siete minutos le llegaron tres remates a su portería y todos terminaron igual, en las manos del costarricense.
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Gonzalo Higuaín probó en el 3' con un disparo de cabeza insignificante para Navas, en el 5' lo intentó de nuevo con más potencia, pero otra vez Keylor respondió sin contratiempos, mientras que en el 7' Miralem Pjanic terminó frustrado, ya que pese a sacar un cañonazo que llevaba sello de gol, se topó con el guante del nacional, tras una estirada impresionante sobre su costado derecho.
Las apariciones de número 1 fueron un mensaje claro para la Juve, se necesitaba muchísimo más para verlo tendido, una acción soberbia, magia desde un botín o una colocación milimétrica y a esto se tuvo que aferrar Mario Madzukic, quien pudo combinar todo en el 26'.
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Mandzukic conectó la esférica en una media tijera de espaldas a la portería y su intento hizo una curva casi perfecta para colarse cerca del ángulo izquierdo del meta madrileño, justo en el único lugar al que resultaba imposible llegar.
El empate momentáneo 1 a 1 no sacó de concentración a Keylor, quien rápidamente tomó la pelota, la lanzó al centro y motivó a sus compañeros para mantenerse firmes en zona defensiva. El tico demostró carácter y liderazgo en una zaga que lo respeta.
En la segunda parte todo fue tranquilidad para Keylor, los italianos perdieron toda la fuerza en ofensiva y el costarricense se convirtió en un espectador más. Sin embargo, nunca dejó de pedir concentración, siguió cada acción sin relajarse y así lo evidenció con un achique preciso que le realizó a Dani Alves en el 87'.
El triunfo estaba consumado, el Madrid respondió el llamado a hacer historia y con el 4 a 1 final los blancos terminaron por convertirse en leyendas al ser el primer club en coronarse bicampeón de la Champions, luego del cambio de formato que se realizó para la temporada 1992-1993.
El tico ahora escribe su nombre con letras doradas en Europa y demostró que está capacitado para responder en los momentos más oportunos. Si bien es cierto, en la final en Cardiff no necesitó dejar en evidencia su máximo potencial, de igual manera cerró con tres tapadas, ocho pases buenos y un mano a mano ganado.
El guardavallas madridista cerró la temporada 2016-2017 del certamen europeo con 35 balones detenidos, 17 tantos recibidos, luego de 52 disparos directos realizados por los oponentes, en un total de 12 compromisos.
El meta ahora tiene en sus vitrinas dos Champions, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Europa, una Liga española, una Copa de Campeones de Concacaf y seis títulos en Costa Rica.