Desamparados
Jason Vargas tiene altura para asustar a cualquier boxeador, algo que han visto en él sus entrenadores de San José, quienes le han echado una mano para que compita en Juegos Nacionales.
Ellos le prestan los guantes y las tenis para boxear, ya que por sus problemas económicos su familia no tiene el dinero para mantenerlo en el deporte de los puños.
"Hay gente que tiene los propios pero a mí me prestan lo que son guantes. Las vendas y el protector bucal me los regalaron", contó este vecino de la ciudadela La Carpio.
Su familia depende del dinero que su mamá logra llevar tras la venta de vigorones en las afueras del Hospital México.
"Como ella vende en la calle, hay días que son malos y vende apenas dos, tal vez. Si un día llueve la gente pasa y no le compra", explicó el joven de 14 años.
En su preparación a Juegos Nacionales Jason faltó a varios entrenamientos, ya que no tenía el dinero para desplazarse hasta Plaza Víquez, donde completaba sus prácticas.
"En La Carpio solo entrenamos dos días, a veces tres. Los demás días son en Plaza Víquez, para tener buen aire en una pelea hay que entrenar todos los días y a veces no tengo dinero para los pasajes", agregó el espigado boxeador.
Durante un tiempo él y varios compañeros tuvieron que entrenar en las calles de La Carpio, con el peligro que eso conlleva, ya que no tenían dónde realizar sus prácticas.
Jason tiene metas altas. Sueña con representar a Costa Rica y participar en los Juegos Olímpicos, aunque asegura que ahorita solo quiere mejorar el tercer lugar que consiguió el año pasado en las justas nacionales y ganar una medalla de oro.
"Para mí el boxeo es algo muy importante y quisiera llegar muy lejos. Me gustaría una Olimpiada pero este año solo estoy enfocado en ser campeón de Juegos Nacionales", finalizó Vargas.