Pavas
La difícil situación económica en su familia obligó al joven Marco Paniagua a pedirle dinero prestado a sus compañeros de colegio, para así poder pagar el pasaje del bus que lo llevaba desde su casa en el barrio 27 de abril a Santa Cruz, donde entrenaba con el equipo de fútbol que representa a ese cantón en Juegos Nacionales.
Para poder hacer ese viaje necesitaba ¢1.000, dinero que muchas veces no tenía.
"Mis compañeros también me ayudaban mucho, yo les pedía que me prestaran mil porque es lo que cobra el bus desde 27 hasta Santa Cruz. Ellos me prestaban los mil y cuando me daban los viáticos se los devolvía", dijo el joven que cursa el noveno año en el colegio 27 de abril.
Su papá es peón de construcción y su mamá es ama de casa, por lo que los ingresos económicos son pocos en su casa. Aún así su padre hizo el esfuerzo para que fuera a los Juegos con un poco de dinero, pero ahora solo le quedan ¢2.000 para la semana que estará en San José.
Las dificultades no le quitan la sonrisa al pequeño que puede jugar de volante o delantero, y que asegura que participar en las justas es uno de los más grandes sueños que ha tenido.
"Yo siempre soñé con estar en Juegos Nacionales, fuera descalzo o con tactos, yo siempre le dije a mi papá que era lo que quería y gracias a Dios estoy aquí", confesó Paniagua.
Los tacos con los que jugará Marco se los dieron en el Comité Cantonal de Santa Cruz, lo que le ahorró una preocupación a él y a sus papás.
En sus palabras Paniagua refleja el deseo de superación, algo que no depende solo de cómo le vaya en el fútbol, aunque sueña con jugar algún día con Alajuelense.
"Mi sueño es estudiar y sacar una carrera y seguir jugando fútbol, que es lo que más amo. En diciembre tuve un entrenamiento con Saprissa, no se dieron las cosas, yo lo acepté y lloré porque quería estar en un equipo grande, aunque no fuera mi equipo", finalizó.