Redacción
"Mi vida social es el taekwondo", admite la joven de 14 años María José Calderón. Después de clases, ella se sube al autobús, hace dos paradas antes de llegar al gimnasio en un trayecto de dos horas, que se repite cuando regresa a su casa a descansar.
Ya asumió que su vida es muy distinta a la de sus compañeros de colegio. Casi siempre sacrifica las salidas al cine por los entrenamientos y los combates.
Recientemente la premiaron con la beca top juvenil, que le permite pagar los pases, comprarse un hidratante diariamente y cambiar sus implementos cada cierto tiempo.
La remuneración que le otorgó el Icoder es de ¢2,4 millones por año (¢200.000 al mes).
El aporte que recibe es el tercero en importancia de acuerdo a la distribución que realizó el Icoder y supera en cantidad de dinero a la mayoría de becas que se le dieron a los atletas élite.
Esta joven delgada y espontánea que viaja desde La Trinidad de Moravia a Pavas para entrenar, también es el prospecto que más ingresos recibe del Estado. Este tipo de aporte solo se le dio a Calderón, ya que ningún otro deportista juvenil del país obtuvo un reconocimiento similar.
Ella se la ganó después de proclamarse subcampeona mundial júnior.
Su madre la había impulsado a que trabajara duro y luchara por ella, pues tiene dos hermanos más y no es sencillo costear todos los gastos.
"Mi mamá siempre me dijo, 'necesitamos que le den una beca'. Entonces es un alivio para ella y para mí", cuenta Calderón.
El premio al esfuerzo llegó con el tiempo. Había probado en varios deportes pero ninguno le gustaba. Su abuelo, instructor de taekwondo, le sugirió que probara en el taekwondo. Así empezó todo, hace 10 años, cuando solo era una niña de cuatro.
Después del subcampeonato del mundo, ganó el Open de Estados Unidos, dos competencias de alto calibre.
Hoy en día su objetivo es ganarse el boleto a los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires, y después aspirar a unas justas mayores.
"La beca es pequeña, no cumple con las expectativas de una subcampeona del mundo, pero hay que reconocer que es una ayuda. Creo que se puede soñar con que ella llegará largo", apuntó Wilmar Alvarado, presidente de la Federación Costarricense de Taekwondo.
Calderón reconoce que carga sobre su espalda una responsabilidad: ser la atleta juvenil con la mejor beca del país, pero sabe que mientras siga rindiendo, seguirá recibiendo el apoyo.
"Una beca es como llevar una medalla en el pecho", confiesa.