La revolución de Steve Kerr para llevar a los Warriors de ser un equipo bueno a ser un equipo excelente funcionó. Los Warriors fueron el mejor equipo de la temporada regular y esta noche conquistaron el primer título de la franquicia en cuarenta años.
Lo hicieron contra la entrega y épica de LeBron James y unos Cavaliers que no quisieron entregar con facilidad la corona pese a las pesadas lesiones de Kevin Love y Kirye Irving.
Y Golden State tuvo que volver a batallar en el sexto juego para una victoria, por marcador de 105 a 97, que estuvo cerca de amarrar varias veces en el partido pero no pudo resolverse hasta los segundos finales debido a la intensidad de un Rey y sus fieles súbditos.
Stephen Curry, de 26 puntos y 8 asistencias, volvió a ser ese genio intratable en el último cuarto para opacar otra noche de números gigantes de James: 32 puntos, 18 rebotes y 9 asistencias.
Más allá de las estrellas, Andre Iguodala se confirmó como la clave que le dio vuelta a la serie: en apenas su tercer juego como titular en la temporada aportó 25 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias. Mientras que Draymond Green sorprendió con triple decena de 16 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias.
Cuarto por bando. Los Warriors se aprovecharon a las nueve pérdidas de balón de un nervioso conjunto local para crear una ventaja de 13 puntos (28-15) en el primer parcial del encuentro.
Mas los Cavs respondieron en el segundo cuarto con su principal arma: la intensidad defensiva. Eso y el dominio en los tableros (30 rebotes a 16 para el mediotiempo) ayudaron a disminuir a dos puntos la desventaja (43-45) antes de llegar al descanso.
La segunda mitad inició con la noción de que el juego seguiría parejo, pero el cansancio empezó a notarse en unos Cavaliers que pelearon en toda la serie con solo siete u ocho hombres en su rotación. De ahí que la visita volviera a distanciarse, a 12 puntos, antes de que llegara el último cuarto de la temporada de la NBA.
Ahí, en un cuarto parcial donde no quedaba nada que perder, LeBron inició inmenso y condujo un intento de revivir de Cleveland con un rali de siete puntos sin respuesta para acortar una desventaja que llegó a ser de 15.
Incluso, James y compañía se acercaron a solo cuatro puntos faltando 29 segundos.
Sin embargo, para los Warriors las cosas ya estaban definidas, era cuestión de mantener su buen control de la pelota, aprovecharse de los fallos del retador, volver a acrecentar la ventaja y encaminarse al festejo del título.
Curry se dejó la pelota y condujo a Golden State al cuarto triunfo en una final que vio sus dos primeros partidos irse al tiempo extra, a los Cavs tomar la ventaja temporal gracias a tres triples decenas de LeBron, y, sobre todo, a los Warrios demostrar que por su talento, profundidad, y cuerpo de entrenadores, son el mejor equipo de baloncesto en la actualidad.
El tiempo se encargará de ubicar a estos jóvenes Warriors en los anales de la NBA, mas un halagador dato da esperanzas a la franquicia de extender los tiempos de gloria: el último equipo que ganó una final conformado enteramente por jugadores sin experiencia en tal instancia fueros los Bulls de 1991, con Michael Jordan.