Adriana Venegas es la única mamá de la Sele. En medio de la preparación de la Tricolor para el Mundial de Canadá, la atacante de 25 años combinó los entrenamientos diarios con una faena igual de exigente: chinear a su niña Isabella, de un año y cinco meses, cambiarle los pañales, alimentarla y educarla.
No ha sido fácil para la delantera, quien se perdió la eliminatoria a causa del embarazo. Durante esta fase, ella y su prometido, Alejandro Villalobos, se pusieron como meta entrar en la lista final para el Mundial.
Villalobos, preparador físico de profesión, creó un plan especial de ejercicio, fuerza y resistencia durante esta etapa para que la jugadora pudiera regresar lo antes posible a las canchas. A diferencia de otras madres, Venegas cumplió esta faceta de ‘embarazada-deportista’.
Con una rutina diaria de ejercicios ligeros, natación y gimnasio, una dieta establecida (y menos antojos de lo habitual), la futbolista rápidamente se puso a tono, tan solo tres meses y medio después del parto natural.
“Ella nunca ha dejado de lado a su hija, aunque tenga un Mundial encima, ella ha sido una gran mamá”, contó Villalobos.
Adriana reconoce que la pequeña le cambió la vida. Quizás la obligó a hacer sacrificios inesperados, como salir corriendo a auxiliar a su prometido en medio de un entrenamiento porque la niña no paraba de llorar.
“Ella es mi vida. Todo lo bueno que yo hago en el fútbol es por Isabella”, cuenta la joven.
Quería llevarla al Mundial pero no pudo. Sin embargo, cuenta con el apoyo de su familia para que la ‘apapache’ en estos días.
Durante el Mundial, Adriana no tendrá que trasnochar, aunque asegura que la dulce niña se porta bien de noche.
La Sele iniciará su travesía mundialista el próximo martes cuando se enfrente a España. Adriana no pierde la fe de dedicar un gol a su hija, quien la mirará atenta por televisión.
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