Orlando, Florida
Todo comenzó el 11 de junio del año pasado. Keylor Navas aspiraba a ser el arquero titular del Real Madrid y Costa Rica se medía con España en la ciudad de León. El marcador final fue de 2 por 1 a favor de la Roja, pero Keylor enmudeció el grito de gol de su compañero Sergio Ramos en dos oportunidades.
Partidazo de Keylor... y tendinopatía crónica. En la cancha, el arquero se tocaba el tobillo izquierdo y arrugaba el rostro; el calor y la necesidad de ese entonces de mostrarse ante la prensa de Madrid luego de un año de exilio en el banco, lo mantuvo en el arco, inquebrantable ante los embates de Ramos en las alturas.
Aquella vez, el médico de la Sele, Alejandro Ramírez, detectó lo que, poco tiempo más tarde, se convertiría en el talón de Aquiles del cancerbero en el combinado absoluto.
Literalmente, el talón de Aquiles. Este término tiene dos significados: el empleado por los médicos para explicar la gravedad de una posible ruptura de esta zona, ubicada justo en la parte trasera del tobillo izquierdo.
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Y el segundo, que es utilizado como sinónimo de debilidad, y que explica el por qué se ausenta de todos los torneos importantes de la Mayor desde que se jugó el Mundial de Brasil.
El segundo es una consecuencia del primero.
Un mes después de aquel juego de fogueo ante España, en el que saltó la suspicacia porque Iker Casillas dejaría el club y Keylor supuestamente se jugaría el puesto en la pretemporada, apareció de nuevo la lesión.
La resonancia magnética realizada por médicos del equipo merengue, y enviada al Departamento Médico de la Fedefútbol, confirmaba lo que el doctor había visto luego del compromiso ante España.
Una ruptura en las fibras musculares del tobillo izquierdo que, de no tratarse con cuidado, podría encender las alarmas y causar, en el peor de los casos, la ruptura completa del tendón de Aquiles.
De suceder esto, Navas se vería obligado a tener una larga recuperación, perjudicial para el resto de su carrera. Ya de por sí, el arquero sufrió cierto dolor en esa área mucho antes del partido ante Grecia, en el Mundial de Brasil, y no valía la pena arriesgarlo.
La decisión final fue sacarlo de la Copa Oro para que recibiera tratamiento e hiciera reposo por un tiempo, aunque, según Ramírez, su recomendación era llevarlo al quirófano.
El Real determinó no operarlo y apostó por un manejo conservador de la lesión. Posteriormente, Navas rompió este descanso en la pretemporada de los blancos (aun así estuvo a punto de irse al Manchester United) y se adueñó de la titularidad.
Luego, vendría el arranque de la eliminatoria mundialista. El talón de Aquiles estaba en calma, pues el club le dosificó las cargas de trabajo en los entrenamientos y lo mantuvo en constante revisión.
Sin embargo, una semana antes de los partidos frente a Haití y Panamá (13 y 17 de noviembre), el arquero sufrió un desgarro causado por una sobrecarga muscular (una lesión totalmente distinta a la anterior).
De nuevo, la suspicacia entró en juego debido a que no podría disputar estos partidos, pero sí llegaría a tiempo al clásico español del 21 de noviembre en el Estadio Santiago Bernabéu, apenas unos días después.
En esa difícil noche para los blancos, se evidenció cómo la lesión le pasó factura en su desempeño, hasta ese día impecable y determinante para los intereses merengues.
Keylor no volvería a lesionarse hasta la penúltima jornada de la Liga Española, en la que Zinedine Zidane decidió darle descanso y utilizar a Kiko Casilla, el arquero suplente.
Por tercera ocasión, el tendón de Aquiles se atravesaba en el camino del cancerbero, que se dosificó y aguantó hasta el último compromiso de los madridistas en la temporada: la final de la Liga de Campeones de Europa.
En los exámenes médicos previos a que viajara a la Copa América, las radiografías reflejaron que la lesión de Keylor tomaría un rumbo trágico si no era tratada con más agresividad.
Este lunes por la noche, la Comisión Médica de la Fedefútbol se reunió, analizó la resonancia magnética enviada por el club y confirmó que la lesión que lo aquejó hace 11 meses y 20 días ante España todavía sigue ahí, casi igual.
De nuevo, Ramírez recomendó la operación y, de nuevo, Keylor quedó fuera de la Sele, esta vez de Copa América.
Eran casi las 10 de la noche del lunes y este medio interrogó al galeno, cuando atendía las preguntas de la prensa en el hotel de concentración de la Nacional, en Orlando, Florida:
-Usted explicaba que esta es una lesión crónica y que eso lo obligaba a tener un reposo cada cierto tiempo para evitar la cirugía. ¿Eso quiere decir que cada vez que no juegue con el Real Madrid y se vengan las convocatorias a la Selección, va a ser difícil que venga, porque deberá hacer un tiempo de reposo?-
"Aquí, lo importante es que se le haga una resolución completa de su problema. En ese caso, ellos habían decidido que tuviera un manejo conservador y no les funcionó y ahora tendrán que hacer otro manejo. Keylor siempre ha tenido periodos de reposo en los entrenamientos y el Real Madrid también lo dosifica", concluyó Ramírez.