Redacción
La Tricolor firmó una de esas victorias que quedan grabadas en la retina y cargan de alegría a un país que no se empacha con las mieles del triunfo.
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La presa de turno no podía ser otra que Estados Unidos, el rival que se acostumbró a salir cargado de moretes de territorio patrio. Antes, EE. UU. se llevaba tres en su saco, el martes fueron cuatro y pudieron ser muchos más.
La Mayor no tuvo piedad de un oponente que quiso y no pudo, que pagó con dureza la fragilidad defensiva ante hombres que querían comérselos vivos. Y lo hicieron. El marcador lo dijo todo.
Los estadounidenses tejieron una telaraña que atoró a la Sele, pero que después se rompió por completo.
Aunque la iniciativa siempre salió de las botas nacionales, el orden defensivo de los hombres de Jurgen Klinsmann provocó que a la Mayor se le complicara el duelo en la primera parte.
Sin someter por completo a los visitantes, las mejores ocasiones de quebrar el marcador fueron generadas por la Tricolor.
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Desde la acción en la que Johan Venegas pisó el área en el 7' y obligó a Guzan a bloquear el disparo, hasta la chilena que se inventó Bryan Ruiz en el 13', la Mayor presionó constantemente por abrir el marcador.
El duelo tampoco permitió descuidos, la picardía del joven Pulisic y el regate de Wood mantuvieron ocupada a la zaga.
El equipo patrio obtuvo la recompensa a su insistencia antes de que bajara la persiana del primer tiempo. Rándall Azofeifa, una vez más, lanzó un pase largo al espacio, donde apareció Christian Bolaños; este divisó a Johan Venegas que dejó plantado al gigante Brooks y de testa ensartó el 1-0, en el 43'.
La acción del gol recalcó la visión de juego de Azofeifa, todo un mariscal de campo, el rol de socio del gol que interpreta Bolaños y la viveza de Venegas.
Johan, que protagonizó un arduo pique con Brooks, castigó la lentitud de este y lo madrugó.
La Tricolor apostó a un juego más directo, incluso, saltándose la línea media con tal de poner contra las cuerdas a un oponente al que le urgía empatar.
Por minutos, el equipo de las barras y las estrellas asumió el control del partido y ello provocó que la Mayor no se viera bien.
Aun y con lo anterior, la Selección no quitó la vista del arco contrario y asestó el tiro de gracia.
En el 69', Bryan Ruiz lanzó un centro cargado de veneno que terminó desviando Bolaños y enterró cualquier intento norteamericano de salir vivo del Nacional.
Con EE. UU en la lona y Joel Campbell con sus municiones intactas, cayeron el 3-0 y 4-0.
En cuestión de tres minutos, Joel resquebrajó la parte baja con dos dianas de colección. En una aprovechó la inoperante marca de Brooks y en el otro acribilló al guardameta con sangre fría y desató el festejo total en un Estadio Nacional a reventar.
La paliza se consumó, el nocaut tomó forma y el liderato se pintó de tricolor con un inapelable 4-0 que mantiene a la Sele en el camino correcto a Rusia 2018.