El británico Marcus Willis, situado esta semana en el puesto 775 del mundo, quien ha pasado gran parte de este año dando clases de tenis, verá el miércoles cumplido su sueño cuando se enfrente con el suizo Roger Federer en Wimbledon.
Sus clases en el Warwick Boat Club son ya cosa del pasado. Willis, de 25 años, recibió una invitación para jugar la prefase previa del torneo y luego otra más para la previa general, de la cual pasó a la llave principal del torneo tras vencer al ruso Daniil Medvedev en cuatro sets.
Con ocho títulos en torneos Futures en los últimos tres años y solo un partido ganado de cuadro principal en el circuito Challenger la temporada pasada, jugando también en las ligas de Francia y Alemania, Willis vive ahora su sueño.
Por clasificarse para el cuadro principal, se aseguró un cheque de 30.000 euros (¢18.840.000) que quizás le animen a dedicarse a tiempo completo a competir en el circuito profesional.
Este lunes, subió un peldaño más al derrotar al lituano Ricardas Beranquis por 6-3, 6-3 y 6-4 en el cuadro principal, en el que ahora le espera el gran Federer, ganador siete veces de Wlimbedon.
"Es el cheque más grande que he recibido en mi vida. Podré pagar un par de tarjetas de crédito que uso para sostener mi carrera desde hace unos años. Es increíble. Pero en Wimbledon no estoy por el dinero, sino por el amor a la competición. Venía invicto en las ligas de Francia y Alemania, y pensé que tal vez no haría el ridículo aquí", dijo.
El amor cambió su vida
El británico no creía en ser uno de los 128 hombres que se han metido en el cuadro final del tercer Grand Slam de la temporada. "Siempre creí en mí mismo y sabía que podía jugar un tenis realmente bueno. Aunque reconozco que nunca pensé que me podría clasificar para Wimbledon", comentó Willis en el sitio web del torneo.
Y es que su historia es casi de película. Viendo que no se le daba nada bien el tenis y que a sus 25 años no tenía éxito en el deporte, pensó en dejarlo todo e irse a Philadelphia, Estados Unidos.
Fue entonces, justo antes de partir, cuando conoció a Jennifer Bate, una joven que cambió su vida.
Ella confesó al New York Times cómo empezó todo: "La noche que nos conocimos me dijo en el taxi de vuelta que se tenía que ir a Estados Unidos. Yo le dije que me acababa de conocer y que no podía irse así, sin más. Me confesó que era jugador de tenis y yo pensé: 'Sí, claro'".
Ella confiesa que fue "amor a primera vista" entre los dos y que ayudó mucho a Willis nada más conocerse, intentando que se quedara con ella y no se marchara lejos.
Marcus, que en dos años ha perdido 25 kilos y ha dejado en el camino el apodo de Cartman, inspirado en el niño obeso de la serie animada South Park, cuenta su versión: "Yo era un chico gordo pero gracias a mi novia, trabajé duro en el gimnasio para estar en buena forma. Al principio no estaba muy convencido pero ella me ayudó para seguir adelante. Le estoy muy agradecido".
Nadie con un ranking tan bajo se metía en el cuadro final de Wimbledon desde el año 2000, que lo hiciera Mahesh Bupathi (1049), pero él lo hizo con una invitación y Marcus se lo ha ganado con méritos propios.