Ganarle 1-0 al Estelí de Nicaragua, en casa, no es precisamente la clase de triunfos que convirtieron a Saprissa en uno de los clubes históricos de Centroamérica.
Fue una victoria pobre, ajustada que, si hubiera habido público en el Ricardo Saprissa, seguramente nadie habría festejado.
Para entender cuánto le costó a los morados basta repasar que en los minutos finales Try Bennett y Saúl Phillips recibieron sendas amonestaciones por perder tiempo, un recurso válido pero indigno cuando en la cancha está es el campeón de Costa Rica.
Wálter Centeno resolvió lo que parecía otra noche de tribulaciones para los tibaseños. Un remate suyo en los albores de la segunda parte llevó alivio al bando local, que hasta ese momento controlaba la pelota sin mucha claridad.
Porque Saprissa lo intentó siempre, es cierto. Se adueñó del balón, por iniciativa propia y porque los pinoleros llegaron a defenderse. El Estelí solo se animó a olvidar su encierro en los minutos finales, y dejaron la duda de que probablemente hubieran hecho más daño de mostrar esa actitud desde el inicio del juego.
Los morados de nuevo hicieron profundos cambios en su alineación. La zaga central presentó dos caras nuevas (Daniel Arce y Rándall Porras), mientras que Celso Borges recorrió toda la cintura del campo y Edgar Greaves ofició como un peón de ataque.
Intento. Ante las gradas vacías de la Cueva (pero no silenciosas, por los locutores de radio), el Saprissa buscó un golpe de credibilidad, luego del severo correctivo que les aplicó Carmelita.
No lo consiguió. Aunque ganó el boleto a la segunda fase del torneo Uncaf, dejó dudas sobre su verdadero potencial y sobre la respuesta que pueden ofrecer sus jóvenes suplentes.
Pablo Brenes brindó los mejores momentos del cuadro morado, cuando se atrevió a romper fuegos por la izquierda.
Solo que no hubo receptor para las buenas acciones de Brenes. Alpízar y Solís ingresaron de cambio, pero la respuesta estaba en el botín derecho del Paté Centeno.
Con la pelota en los pies, el volante se hizo un campo frente al área y colocó un bólido que terminó en la red pinolera.
Estelí quiso despertar al final, y con un ataque algo rudimentario incluso obligó a los morados a perder tiempo, señal de que fue una victoria pobre y trabajosa.
Para Saprissa, lo mejor es que no hubiera público. Así se salvaron de tremenda rechifla.