México
La cancelación de la planta que Ford construía en México es el primer golpe proteccionista de Donald Trump contra su vecino justo antes de entrar a la Casa Blanca con la promesa de cambiar la relación comercial bilateral.
Si bien el director ejecutivo de Ford, Mark Fields, dijo a la cadena CNN que la empresa "no hizo un trato con Trump" y "lo hicimos por nuestro negocio", la impresión generalizada es que fue lo contrario.
"Obviamente no es una buena noticia para nosotros", dijo el ministro de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo.
Afirmó que la decisión de Ford se debe a un disminución de la demanda de vehículos ligeros que iba a producir en la planta pero también por "su situación particular frente al dialogo con la nueva administración".
Desde su campaña presidencial, Trump había criticado el proyecto de Ford. El republicano amenazó con imponer 35% de aranceles a los autos producidos en México y renegociar o retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y México.
Trump agradeció a Ford en Twitter y advirtió que "esto solo es el comienzo - aún falta más".
ANTECEDENTE: Ford cancela plan de nueva planta en México e invertirá en EE. UU.
Proteccionismo
Según Juan Francisco Torres Landa, analista de la firma Hogan Lovells, parecería que la única prioridad de Trump es "cumplir con la premisa electoral de no permitir que salgan empleos de Estados Unidos".
Para Raymundo Tenorio, director del programa de economía y finanzas del Tecnológico de Monterrey (privado), la decisión de Ford puede ser una muestra de la era proteccionista que se vislumbra cuando asuma Trump el 20 de enero.
"El gobierno republicano y Donald Trump están dispuestos a negociar cualquier tipo de incentivos (fiscales) para que las empresas se queden en Estados Unidos", asegura a la AFP.
La nueva planta de Ford estaba aprobada desde 2015 y le tomó un año de negociaciones al director de la firma en México, Gabriel López, para obtener la sede, en el norteño San Luis Potosí, por encima de Estados Unidos, Brasil y Argentina, según contó el directivo a una revista mexicana en agosto pasado.
Ford, la primera automotriz que llegó a México, en 1925, había planeado una inversión de $1.600 millones y generar unos 2.800 empleos directos. La planta debía iniciar sus operaciones en 2018.
En su lugar, Ford invertirá $700 millones en los próximos cuatro años para crear 700 empleos en Estados Unidos mientras que el modelo Focus que debía ser producido en San Luis Potosí será hecho en una planta ya existente en Hermosillo (noroeste de México).
Además de nuevos empleos, México perderá ingresos fiscales y entre 12 y 14 fabricantes de autopartes han visto esfumarse su negocio, dice Raymundo Tenorio.
Apuntó que "75% de esas empresas proveedoras no son mexicanas, son también asiáticas, europeas y americanas", con lo que se pierden más empleos en México y ganancias para los países de origen.
El expresidente Felipe Calderón (2006-2012) dijo en Twitter que "la decisión de Ford daña a México, pero también a consumidores americanos y a sus accionistas porque la empresa perderá competitividad".
En la crisis de 2009, dijo Calderón, Ford, General Motors y Chrysler "estaban prácticamente quebradas. Sus inversiones en México las salvaron".
Críticas antes de la decisión
Previo al anuncio de Ford, la competidora GM fue objeto de críticas de Trump.
"General Motors está enviando su modelo Chevy Cruze, hecho en México, a Estados Unidos sin pagar impuestos al cruzar la frontera. ¡Háganlo en Estados Unidos o paguen una alta tasa de frontera!", expresó el presidente electo.
GM respondió a Trump que la gran mayoría de sus vehículos de ese modelo vendidos en Estados Unidos se fabrican en el estado de Ohio, y sólo unos pocos se importan desde México.
El ministro de Economía Guajardo descartó que otras empresas automotrices puedan tomar el mismo camino porque el caso de Ford es "particular" y se declaró listo a sentarse inmediatamente con el gobierno Trump para buscar una "modernización" del TLCAN.
"Es un momento de definiciones para las automotrices pero estamos ya listos para iniciar un diálogo de inmediato", dijo Guajardo.
La buena noticia, dice Raymundo Tenorio, es que si se mantienen los términos preferenciales del TLCAN, "se abre un espacio en México para que empresas asiáticas y europeas vengan a México".
"No veo un escenario devastador", aseguró Torres Landa "porque las decisiones fundamentales de eficiencia y competitividad siguen ahí presentes, independientemente de lo que está diciendo el señor Trump".