Una finca de 20 hectáreas, en San Francisco de San Isidro de Heredia, estuvo cerca de convertirse en una urbanización hace apenas dos años.
Se llama Brumas del Zurquí y desde el año 1900 está en manos de una tradicional familia cafetalera.
Juan Ramón Alvarado Rodríguez recuerda cómo muchos no querían invertir, pues dejaba mucho mejor ingreso urbanizar y vender casas o lotes.
Pero él y su hermana Natalia se embarcaron en la aventura de lograr un café de más alta calidad. En su proyecto contaron con el apoyo incondicional de quienes trabajan en la finca y el de sus padres, pese a que al inicio estaban muy dudosos.
Construyeron un microbeneficio hace dos cosechas, se dedicaron como una gran familia juntos en el objetivo de renovar las plantas, cuidarlas con esmero, escoger a los recolectores, cosechar solo café maduro y beneficiarlo con sus propias manos.
"No hay ningún secreto; la calidad del café de la región de Heredia es reconocida, sólo faltaba una dedicación especial", comentó Juan Ramón, en presencia de sus "colaboradores".
Dos cosechas después, Brumas del Zurquí captó el gusto de 13 catadores internacionales y con su marca Doña Adela (en honor a la abuela de la familia) ganó el primer lugar en la Subasta Cosecha de Oro.