“Estamos sintiendo la competencia muy fuerte de los chinos, ellos también quieren su lugar bajo el sol”, dice en perfecto español Natalia de las Cuevas, una rusa de evidente origen latino que trabaja para Rusia Automotriz S.A.
La conversación transcurre en la Feria Internacional de Transporte de La Habana, que terminó el sábado pasado y donde transportistas terrestres, navales y aéreos rusos llegaron al rescate de los fueros que tuvo por 30 años la Unión Soviética (URSS) en Cuba.
“Siguen siendo los mismos bolos de hace 15 años (cuando desapareció la URSS), los autos siguen siendo de palo”, dice jocosamente un cubano mientras observa un Lada 2107, modelo muy propagado en la isla caribeña.
Pese a que los partidarios de Fidel Castro sentían respeto por la URSS, el carácter ruso no logró calar en el trópico, y los cubanos apodaban “bolos” a los soviéticos.