Sebastián Vásquez y Diego Marín fundaron la firma Monocafé, en el 2011, tras darse cuenta de que las tablas de madera que fabricaban, para hacer Skimboards y Balance Boards, tenían demanda.
El primero es un deporte similar al surf que se practica a la orilla de la playa y el otro consiste en hacer equilibrio de pie sobre la tabla en una superficie circular.
La empresa la conforman hoy seis jóvenes –entre los 21 y 25 años– y se dedican a hacer diseños personalizados y camisetas.
Su historia es la excepción en Costa Rica, donde solo dos de cada 10 personas consideran ser empresarios en los próximos dos años, motivados por la posibilidad de incrementar sus ingresos y la superación personal.
Así lo revela una encuesta sobre emprendedurismo realizada por Unimer para La Nación , mediante consultas a 1.200 personas mayores de edad, entre el 4 y el 13 de junio.
Seis de cada 10 consultados cree que para ganarse la vida lo mejor es ser un profesional independiente o trabajar en el Gobierno. Solo uno cree que la forma de desarrollarse en lo profesional es en una gran empresa nacional o multinacional.
“El sistema educativo nos prepara a los costarricenses para ser empleados y no para ser dueños”´, dijo Marco Garro, presidente de Finanzas Estructuras, firma especializada en fusiones, adquisiciones y asesoramiento financiero.
Emprendedor. Un emprendedor es quien pone en práctica nuevas ideas y formas de trabajar, que se traducen en beneficios económicos y sociales, según la Política Nacional de Emprendimiento del Gobierno, presentada en el 2011.
Pese a la existencia del marco teórico que impulsa esta actividad, siete de cada 10 personas no recibió, en la escuela o el colegio, estímulo para convertirse en un emprendedor. La relación crece cuando se trata de personas de ingresos bajos –ocho de cada 10– y baja a cinco de cada diez cuando se trata de costarricenses de ingresos altos.
Mayi Antillón, ministra de Economía, Industria y Comercio (MEIC), y encargada de desarrollar la política de emprendedurismo, reconoció que históricamente Costa Rica ha carecido de una política pública de apoyo y estímulo para el desarrollo de ideas innovadoras.
“Hemos comenzado a crear un ecosistema de apoyo estatal y el financiamiento, que es un factor importante, ya está en la mira”, detalló .
Sin embargo, el estudio de Unimer detalló que solo uno de cada 10 pequeños empresarios tuvo apoyo en su proyecto.
Por otra parte, el 73% de los costarricenses que crean una empresa utilizan recursos propios, un 13% lo hace a través de una entidad financiera y un 12% mediante un préstamo de familiares y amigos, según el estudio de Unimer.
“El país no tiene un política coherente para impulsar la innovación porque sí hay buenas ideas”, expresó Marco Garro. Sebastián Vásquez y sus compañeros han llevado adelante su empresa, pese a las dificultades, con la idea “me caigo para levantarme”.