La instalación de Corporación Intel en Costa Rica impulsó la llegada de inversión extranjera directa (IED) al país.
Mientras entre 1992 y 1997 el promedio anual de IED rondó los $300 millones, a partir de 1997 el monto pasó a $512 millones y del 2001 al año pasado alcanzó los $592 millones.
La IED de Intel representa, en promedio, desde 1997, un 0,5% del producto interno bruto (PIB), e incluso en 1998 se ubicó en el 1%.
Las cifras se desprenden del análisis “Intel: estudio de impacto económico en Costa Rica”, que hizo Consejeros Económicos y Financieros S. A. (Cefsa).
Félix Delgado, investigador de Cefsa, destacó que en casi 10 años Intel invirtió $700 millones y se convirtió en “buque insignia” del giro productivo del país.
El economista reconoció que no hay forma de medir el aporte real de Intel en la atracción de inversiones; sin embargo, destacó que varias empresas que se instalaron en los últimos años destacan la confianza en la transnacional.
Delgado dijo que desde la llegada de Intel el coeficiente de apertura externa aumentó, en promedio, un 14%.
El coeficiente se calcula al sumar el monto de las exportaciones y las importaciones y dividir el resultado entre el PIB.
Las exportaciones de la transnacional representaron, en promedio, en los últimos cinco años el 20% del ventas externas totales de Costa Rica.
El economista dijo que la instalación de Intel y otras empresas de alta tecnología permitió diversificar y especializar la mano de obra nacional.
El 70% de los trabajadores de la firma tiene educación preuniversitaria –técnica– y el restante 30% universitaria.
El investigador de Cefsa también destacó los aportes de la empresa en temas como responsabilidad social y laboral.