Tokio, 1 abr (EFE).- El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México y Japón cumplió hoy su primer año con un balance positivo y un incremento del intercambio entre ambos países que traza un modelo para nuevas alianzas económicas entre las dos orillas del Pacífico.
El TLC suscrito por Japón y México forma parte del Acuerdo de Asociación Económica (AAE) que entró en vigor entre estos dos países el 1 de abril de 2005.
En su primer año de vigencia, ha logrado la doble meta que se planteaban sus promotores: abrir las puertas de América del Norte y Central a los productos nipones y permitir a los empresarios mexicanos ganar posiciones en el mercado global, del que Japón es uno de sus destacados líderes.
En vísperas del aniversario, el subsecretario de Negociaciones Comerciales de la Secretaría de Economía de México, Angel Villalobos, afirmó que el tratado comercial de su país con la primera economía de Asia y segunda del mundo ha dado resultados muy positivos en materia de inversión, sobre parte de las empresas niponas automovilísticas y electrónicas.
Para Japón, este TLC con México despeja el camino hacia otros acuerdos similares en el continente americano -como el que se está negociando ahora con Chile- y apuntala esa red de inversiones a las puertas mismas del mayor cliente y a la vez principal competidor de las firmas niponas, Estados Unidos.
Según datos del Ministerio de Finanzas nipón, este TLC con México (el único operativo de Japón, aparte del suscrito con Singapur) ha repercutido en un aumento del intercambio comercial del 37,1 por ciento en sus primeros once meses de aplicación.
Aquí las cifras suministradas por México y Tokio difieren en parte porque el acuerdo entró en vigencia coincidiendo con el comienzo del año fiscal japonés, que va del 1 de abril al 31 de marzo del año siguiente.
Los datos mexicanos apuntan a que el comercio bilateral con Japón en 2005 creció en un promedio del 21,5 por ciento anual, con un intercambio de 15.566 millones de dólares y un déficit para México de 9.000 millones de dólares.
Como dijo a EFE el embajador mexicano en Tokio, Miguel Ruiz-Cabañas, ese déficit debe entenderse en sus justos términos, dada la multitud de oportunidades de futuro que se han abierto a los productos mexicanos en un país ávido por la calidad y el deseo de hacer negocios.
Según Raúl Urteaga-Trani, diplomático responsable de la oficina de representación de la Secretaría de Economía de México en Japón, las estadísticas varían también debido a que las exportaciones tocan puertos de Estados Unidos en una u otra dirección y se contabilizan a menudo como envíos a este vecino norteamericano.
En el cálculo japonés de los once primeros meses de vigencia del TLC, las exportaciones mexicanas al país del Sol Naciente fueron de 263.307 millones de yenes (unos 2.350 millones de dólares).
En ese mismo período, México compró a sus socios japoneses 772.577 millones de yenes (6.898 millones de dólares).
Dentro de las exportaciones mexicanas de productos agrícolas a Japón destacaron, además de la carne, los envíos de camarón y de café.
Urteaga-Trani destacó el avance del sector automovilístico y aseguró que el TLC ha permitido a Japón acceder a un mercado norteamericano con un poder adquisitivo creciente, como lo demuestran la entrada de nuevas marcas niponas de vehículos.
Las empresas automovilísticas japonesas anunciaron fuertes incrementos de inversiones en México, como los 800 millones de dólares que Nissan invertirá en ampliar su plantas mexicanas.
Según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) además de los 326.000 vehículos japoneses vendidos en México en todo el 2005, unos 50.000 correspondieron a importaciones desde Japón utilizando la cuota acordada dentro del TLC.
El TLC ha servido además para poner de relieve contrastes sobre la cultura de negocio de ambas partes.
Según un portavoz de la organización de promoción de comercio exterior de Japón (JETRO), en los círculos financieros japoneses se confía en que habrá mejoras en el ambiente de negocios en México.
Como ejemplo, el portavoz apuntó que para muchas empresas japonesas que empiezan a hacer negocios con el país americano es aún "difícil" acostumbrarse a los plazos tan distendidos para los pagos.
Entre los retos destaca la necesidad de mayor participación de las pequeñas y medianas empresas, dijo el embajador Ruiz-Cabañas quien, no obstante y parafraseando un lema de moda en su país, afirmó que el primer año del TLC le ha demostrado a sus paisanos que "sí se puede". EFE
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