Washington, 1 oct (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, dijo hoy que la inflación en la zona euro "debería caer a menos del dos por ciento" en 2005 y que los riesgos que afronta el crecimiento económico están "equilibrados".
"Creemos que la inflación debería progresivamente caer a nuestra definición de estabilidad de precios, a menos del 2 por ciento", señaló Trichet en una rueda de prensa tras la reunión del G7, club de países más industrializados del mundo compuesto por EEUU, Italia, Alemania, Francia, Japón, Canadá y Reino Unido.
Trichet participó en la reunión en su calidad de gobernador del banco central de la zona euro.
El economista francés señaló que los riesgos a la recuperación económica están "equilibrados". Existe un "entorno financiero muy favorable al crecimiento", con la subida de la inversión y el consumo en la Unión Europea.
Trichet indicó que espera una "recuperación gradual" en la economía europea.
Sin embargo, señaló que "no se puede descuidar" el riesgo de que el alto precio del petróleo impela a la inflación, especialmente a través de efectos de segunda ronda, por encarecer el proceso de producción.
"Está claro para cualquier Banco Central que los efectos de segunda ronda de alzas del petróleo son algo esencial a contener", señaló.
"Tengo confianza de que estaremos en línea con nuestra definición de estabilidad de precios", explicó.
"Estamos también vigilantes porque si no estuviésemos vigilantes no tendríamos credibilidad respecto a la estabilidad de precios", señaló Trichet.
En la rueda de prensa también participó el holandés Gerrit Zalm, presidente de turno del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, quien se refirió a uno de los temas delicados de la reunión del G7: la presión sobre China para que flexibilice su tipo de cambio.
Zalm indicó que las autoridades de ese país "están de acuerdo en principio en que los tipos de cambio deberían estar influidos por la oferta y la demanda".
Sin embargo, no quisieron dar ningún plazo para abandonar el cambio fijo del yuan, la divisa china, según Zalm.
El comunicado final del G7 también urgió a Argentina a alcanzar un acuerdo con sus acreedores privados, a quienes adeuda más de 100.000 millones de dólares en títulos en suspensión de pagos.
"Es importante para la comunidad internacional que Argentina adopte las reformas necesarias y esté en una situación apropiada con el FMI y una situación normal con la comunidad internacional en general", dijo Trichet.
La declaración del G7 afirmó que "los principales desafíos de Argentina son las reformas estructurales, la puesta en marcha de un marco fiscal sólido y una participación alta de sus acreedores en la reestructuración sostenible de su deuda" soberana.
"Es muy, muy importante para Argentina y la comunidad internacional que lo que dijimos, esa frase sea aplicado", señaló Trichet. EFE
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